Su más grande fan.

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Ichiro conoció a Reki en su primer semestre de la universidad. Era un chico alegre y enérgico, de ese tipo de personas que sin dudarlo se acercan a ti, te hablan como si fueras su amigo de toda la vida y te arrastran a su círculo sin que tengas la oportunidad de oponerte, aunque tampoco es que quisieras oponerte.

Entonces, con apenas unas semanas conociendo a Reki, Ichiro podía decir un par de cosas sobre él.

La primera: Reki amaba el skate.

Aquello lo sabría cualquiera que tuviera un par de ojos para ver cómo el pelirrojo cargaba su patineta a cada rincón como si fuera una segunda piel. El skate fue, para empezar, la razón por la que Reki se acercó a él, Ichiro también disfrutaba del Skateboard, pero la pasión que Reki desbordaba por aquel deporte estaba a otro nivel.

La segunda: Reki estaba perdida y profundamente enamorado del skater en ascenso Langa Hasegawa.

Aquello último no sería ningún problema si no fuera porque, el evidente crush de su amigo hacia aquel deportista inalcanzable, llegaba a extremos insanos. Extremos por los que Ichiro, como buen amigo, había comenzado a preocuparse.

Al principio no le pareció algo malo, era incluso entrañable. Lo primero que notó fue que el fondo de su teléfono era una foto del chico de piel pálida y pelo azul haciendo un salto en su patineta. Lo reconoció por ser uno de los participantes en un torneo de exhibición previo a las olimpiadas e inmediatamente preguntó:

—¿Ese es Langa? —. Reki giró su rostro emocionado.

—¿Lo conoces? —preguntó con un brillo en los ojos similar al que tenía cuando descubrió que también practicaba skate.

—¿Eh? Sí, recuerdo verlo en un torneo de exhibición hace unos meses, el tipo es impresionante.

—Sí, él es impresionante —. El suspiro y la mirada soñadora que le dirigió Reki a la foto de su teléfono hicieron que se diera cuenta que lo que sentía su amigo hacia el patinador era más que una simple admiración.

A partir de ese momento Reki simplemente comenzó a hablar sobre Langa Hasegawa a cada instante, desde cosas como: "su bonito cabello", "su técnica de patinaje", "cómo verlo hacer un salto lo hacía sentir que nieve caía a su alrededor"; hasta datos triviales sobre él sobre cómo amaba comer hamburguesas o la facilidad con las que olvidada los rostros de las personas.

Por alguna razón le recordó vagamente a su hermana de 14 años que siempre alegaba que el vocalista de su banda favorita era el amor de su vida y se pasaba horas revisando entrevistas y escarbando hasta lo más profundo de las páginas de fans para conocer hasta el más mínimo detalle de su ídolo. Por supuesto a diferencia de su hermana Reki no tenía 14 años y se supone debía ser capaz de controlar su fanatismo —énfasis en "se supone"— porque en algunas ocasiones sentía que su hermana se quedaba corta a un lado de Reki cuando se trataba de apoyar a su ídolo.

Pero aquello estaba bien, Reki era una persona apasionada en todos los aspectos de su vida así que simplemente lo dejó pasar y decidió escucharlo hablar de Langa desbordando su amor en cada palabra mientras le enseñaba videos de alguna de sus competencias.

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La primera vez que sintió que aquello era un verdadero problema fue cuando Reki llegó a la escuela con el brazo vendado y varios raspones y hematomas a lo largo de su rostro.

Ichiro no era ajeno a las fracturas por el uso de la patineta, de hecho sabía que ese brazo vendado era producto de una mala caída y no tenía nada que ver con el patinador profesional. Llámenlo intuición de amigo, pero a pesar de la nula conexión existente no pudo evitar pensar que el truco que hizo que Reki se fracturara era uno de los trucos que Langa había hecho en su competencia más reciente.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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