Tormenta.

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Un par de días habían pasado, Junmyeon se encontraba en la mansión de Yifan viviendo se estaban dando un tiempo por así decirlo para poder conocerse.

Hablaban un poco, pero no demasiado, el ambiente era bastante incómodo de vez en cuando. Durante la mañana Junmyeon desayunaba con Yifan y por la tarde Junmyeon la pasaba durmiendo sólo para no tener que lidiar con él y con la ingenua esperanza de despertar en su casa esperando que todo fuera una muy mala pesadilla.

Esta recostado en esa gran cama, en una habitación que Yifan dejó para el solo uso de Junmyeon y que no se sintiera comprometido e incómodo de tener que dormir al lado del más alto.

Mira al techo y se pregunta muchas cosas ¿Habrá notado alguien su desaparición?¿Lo están buscando justo ahora?¿Cuanto va a durar todo esto?

Tiene comida, donde asearse y una casa mega lujosa pero no se siente bien, algo no está bien para él, después de todo sigue secuestrado.

Sus pensamientos se esfuman cómo una bomba de humo al escuchar cómo la puerta es tocada.

–¿Puedo pasar? Te traje la merienda.–

Esa suave voz que reconoce al instante, es el cocinero de la casa al que recordó su nombre era...¡Yixing! O algo así había escuchado que Yifan lo llamó.

–Adelante.–

Dijo en un tono algo bajo pero supo que el contrario lo había escuchado ya que la puerta fue abierta y aquel hombre alto de un porte elegante con camiseta blanca corbata y pantalones negros con un hoyuelo en su sonrisa entró encendiendo la luz de la habitación y las mejillas de Junmyeon.

–No has salido para nada, el amo me dijo que te trajera la comida y me asegurara de que no estás enfermo ¿no lo estás cierto?–

Junmyeon negó con la cabeza mirando cómo dejaba la bandeja sonriendo al ver adorables figuras de animales hechas con fruta, la mayoría eran conejos.

–Esa comida es muy linda, gracias.–

–La mayoría son conejos, se parecen mucho a ti, provecho.–

Hizo una pequeña reverencia y salió de su habitación, Junmyeon miró al espejo un momento notando cómo no paraba de sonreír cómo un imbecil, liberó un chillido pequeño y abrazó su almohada rodando en la cama.

Después se tranquilizó empezando a comer notando cómo había un pequeño cuchillo para mantequilla y decidió tomarlo y guardarlo bajo la almohada...por si acaso, siguió comiendo sobresaltándose al escuchar cómo la puerta era abierta de golpe mostrando al más alto en toda la casa, Yifan.

–¿Estás comiendo bien Myeon?–

Junmyeon dejó la comida de lado un momento y asintió.

–Si, es muy rico gracias...–

–Te compré algo de ropa, no sé que te gusta pero elegí lo que se veía más cómodo.–

Dejó una pequeña bolsa sobre la cama y se acercó a Junmyeon dándole un beso pequeño en la frente mientras acariciaba su mejilla.

–Gracias, me lo mediré en un rato.–

Dijo poniendo una frutilla en su boca comiéndola.

–Quiero ver.–

Susurró el más alto notando la confusión del más bajito.

–¿Para que? Te dije que me lo mediré en un rato.–

Yifan apretó un poco sus puños y asintió mientras se dirigía a la puerta.

–De acuerdo entonces, sólo quería asegurarme de que la ropa te quedara bien.–

Mantenía una expresión relajada junto a una leve sonrisa pero la verdad es que moría de ganas por ver el cuerpo de Junmyeon desnudo de nuevo, le había dado una probada a aquel fruto prohibido y por supuesto que quería más pero necesitaba ser sutil o sólo alejaría más a Junmyeon de lo que ya lo tiene y por supuesto que no quería eso.

Se retiró de la habitación cerrando la puerta y Junmyeon suspiró, con curiosidad se acercó a ver el contenido de la bolsa sacando la ropa, pantalones, camiseta, un par de buzos y al fondo...¿bragas de encaje?

Se sintió asqueado, eso, el no usaría algo cómo eso.

–Asqueroso...–

Susurro para si mismo, ese tipo era todo un perverso después de todo que sólo pensaba con la cabeza de abajo, no sabe porque decidió confiar en él, tal vez fue sólo el impulso.

–Cómo sea...–

Terminó de comer y se levantó de la cama para luego ir a darse un baño, después de un rato se vistió con el resto de ropa que le habían comprado y bajó para la cena encontrándose con Yifan sentado al otro extremo de la mesa.

–Te ves muy lindo, pareces un ángel, un príncipe...–

–¿Por qué compraste eso? No pienses en mí cómo parte de tus fantasías sucias.–

Interrumpió al mayor mientras se cruzaba de brazos frunciendo el ceño, Yifan empezó a reírse cómo todo un cínico y negó con la cabeza.

Yixing el cocinero sirvió la cena y se retiró del lugar dejándolos a ambos solos de nuevo.

–Pronto seremos pareja, es normal que piense en esas cosas ¿no?–

Junmyeon abrió los ojos de golpe mientras apretaba su puño, el definitivamente no está preparado para ser el novio de alguien cómo Kris.

Sólo se quedó en silencio mientras comía sin levantar la vista.

Era un idiota.

La cena terminó y ambos se despidieron yendo a sus habitaciones, Junmyeon se puso el pijama y se recostó en las suaves cobijas quedando dormido hasta que escuchó cómo una tormenta iniciaba con relámpagos, eran sonidos aterradores y no podía dormir, la ventana grande en cualquier momento se iba a romper.

Se levantó semi dormido para caminar al pasillo hasta la habitación de Yifan recostándose en la cama con el y abrazándolo mientras temblaba, no le gustaba estar solo en los días lluviosos.

A la mañana siguiente Yifan se despertó sonriendo al ver cómo un pequeño Junmyeon lo abrazaba, revolvió sus cabellos con una sonrisa y se recostó de nuevo con él abrazándolo atrayéndolo más hacía a él.

–Eres tan lindo...–

Susurró en voz baja mientras le daba un pequeño besito en la frente. Después de un par de horas ambos despertaron de nuevo, Junmyeon se sonrojó hasta las orejas de la vergüenza.

–¿Por qué me abrazas?–

–Eres tú el que está en mi cama ¿por qué no podría?–

Junmyeon frunció el ceño de nuevo y Yifan le dió palmaditas en la espalda mientras lo soltaba.

–El cocinero, es guapo ¿verdad?–

Dijo sonriendo el más alto y Junmyeon le miró ladeando un poco la cabeza mientras lentamente asentía y se ruborizaba.

–Lo es.–

–Te he visto cuando comemos juntos o el te da la comida, te sonrojas cada que lo ves o sonríes, dime Junmyeon ¿el te gusta?¿por qué no te gusto yo el dueño de esta casa? Sabes que en cualquier momento me puedo deshacer de un trabajador cómo el.–

Los ojos del mas bajito se abrieron cómo platos, sentía cómo palidecía con miedo.

–¿Debería deshacerme de él también?–

Estaba en problemas.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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