Ella es una chica lista, graciosa y astuta. Su vida era repetitiva. Ir a investigar, contarle a Hiberno lo había descubierto y entrenar. Lo que no sabe es que su historia acaba de empezar y muchas aventuras, amigos y un compañero le esperan. Un día...
Azriel se encontraba persiguiéndome desde hacía una maldita hora, así q para terminar este juego decidí meterme en un callejón sin salida y hacerme la víctima. El callejón era oscuro y sin nadie.
—Parece ser que tu juego no ha salido bien — dijo una voz atrás mía , no necesite darse la vuelta para saber que era Azriel. Llevaba observándolo desde hace unos días siendo sigilosa, bueno por algo era el "Expetro".
—Tal vez ha salido mal el tuyo, Azriel- dije con sorna dándome la vuelta para mirarlo.
—No estoy para juegos— dijo a lo q la chica bufó— ¿quién eres?
Azriel había llegado a este pueblo en el límite de la corte de noche por petición de Rhys. Los vecinos se quejaban de q había muchas manadas de animales, así que su hermano y él decidieron ir a investigar. Al ser un pueblo bastante grande uno investigaba por una parte y el otro por otra, hablando por la mente si encontraban algo bastante sospechoso.
—Eso no es de tu incumbencia, cariño —respondió ella haciendo que la paciencia del chico llegara a su límite.
He encontrado una chica sospechosa, ven lo más rápido que puedas dijo Azriel en la mente de Rhys. Voy para allá, no la mates antes de que llegue respondió su amigo.
—Es de mala educación no responder a una pregunta que te hacen tus superiores — dijo Azriel sacando su daga y acercándose a la chica cada vez más.
La mujer se quitó su capucha y le sonrió burlonamente— Oh chico q miedo tengo, mira como tiemblo.—dijo burlonamente.
Azriel se acercó con la daga en la mano y la puso en su cuello haciendo que esa extraña chica le mire a los ojos. Sus ojos eran verdes y reflejaban llamas amarillas. Sus sombras le susurraban q no le hiciera nada a esa chica como si ella fuera algo especial para él. El momento apenas duro unos minutos cuando Rhysand aterrizó en el callejón diciendo al Shadowsinger:
—Te he dicho muchas veces que no puedes matar a nadie antes de que le interrogues.Te lo voy a preguntar yo y es mejor que respondas si no quieres morir en este mismo callejón.¿Quien eres?
La chica creó un escudo para que nadie además de ellos escuchara y respondió:
