Good Father. [Remus J. Lupin] ©

Capítulo 3: "Dementores"

“El incidente del Vagón”

Nuevamente un año más los alumnos de Hogwarts regresaban al colegio, algunos alegres y otros no tanto, muchos de los jóvenes estudiantes brujas o magos murmuraban entre las paredes de los vagones y en los pasillos sobre la terrible noticoa que había sorprendido a todo el mundo mágico. El temible asesino Sirius Black, había logrado escapar de la prisión de máxima seguridad, Azkaban, era el primero y único que lo conseguía y aquello, más la horrenda reputación que le precedía no dejaba nada bueno y para nada tranquilos a los padres de las brillantes mentes mágicas sobretodo porque el famoso Harry Potter estaba estudiando.

La sensación de saber que Sirius Black vagaba por ahí era estremecedora para la joven de cabellos negros que caminaba detrás de su hermano, en la cabeza de Bless nacían varias preguntas. Había escuchado por ahí que las intenciones de Sirius no eran otras más que asesinar al joven Harry Potter, el nemesis de su adorado hermano.

— ¡Draco! —La voz de Pansy sacó de su ensoñación a la de ojos azules que justo como el mencionado se detuvieron volteando detrás de ellos para ver como es que de uno de los vagones sobresalía la cabeza de la enamorada Slytherin— Draco, Mary, aquí hay asientos libres.

Los dos hermanos se miraron entre sí siendo la mayor quien hiciera un ademán para ir al vagón. Pansy sonrió alegre volviendo a tomar asiento, Crabbe y Goyle estaban ahí también.

— Hola Mary —Saludó Goyle con calma— ¿Qué tal tus vacaciones?

Bless sonrió sutilmente cerrando la puerta corrediza tras haber pasado ambos.— Ella no se va a fijar en ti, tarado—Bramó Draco casi de inmediato, no era sorpresa para el rubio que su hermana fuese el amor platónico de uno de sus amigos.

— Draco, no seas grosero—Llamó Bless como regaño— Me ha ido bien, Goyle, muchas gracias por preguntar ¿Y a ti? En general, a los tres ¿Qué tal les ha ido?

Los tres amigos de su hermano comenzaron a relatar con normalidad y a su vez una pizca de entusiasmo como les había ido durante las vacaciones. Bless los escuchaba con atención haciendo unas cuantas preguntas de vez en cuándo para que se sintieran bien confirmando que realmente eran escuchados pues su hermano no mostraba mucho interés en alguien que no fuese él.

El viaje a Hogwarts comenzó, la prefecta de Slytherin observaba a través de la ventana el paisaje que el tren atravesaba, de forma física la joven de ojos azules permanecía en el vagón, de camino a su colegio en compañía de su hermano y amigos de este pero mentalmente su pobre consciencia se hundía en el mar de preocupación y sensaciones inexplicables.

Sirius estaba libre, su padre por fin estaba libre.

Un loco asesino estaba libre.

¿Qué era lo que debía pensar? ¿Cómo sería él? ¿Realmente sería tan peligroso como todos decían? Narcissa nunca contribuyó en el desprecio que Lucius manisfestaba contra Sirius, al igual que el padrino de su hermano, Severus Snape, pero tampoco hablaba maravillas a su favor. Gracias a Narcissa, Bless sabía que venía de los Black, del desterrado Sirius Black, amigo de los Potter, padres del famoso Harry Potter, el niño que vivió. Aquel que fue el único capaz de derrotar a Lord Voldemort de quién tenía unos cuántos recuerdos muy vagos y poco sólidos.

Un firme movimiento la sacó de la ensoñación haciendola sobresaltarse y volver a la realidad, su rostro se viró a su hermano que la sostenía del brazo, el tren se había detenido.— ¿Qué sucede?