•†Equinoccio†•Era de Otoño.

Que curiosa confusión...

— ¿Por qué?

— ...Uhm

— ¿Por qué todos ellos tienen una ramita de las flores Haitang?

La joven se sorprendió un poco ante la pregunta, para después soltar una risita, llamando la atención del pequeño que se encontraba a un lado de ella, bajo hasta estar a la misma altura frente a este quien veía con curiosidad a la gente que deambula por la villa, la joven acuno el rostro el pequeño en sus manos, ella le vio con ojos teñidos de amor y cariño, para después depositar un lindo y casto beso entre sus cejas.

— Bueno....cada uno de ellos porta con la ramita de las flores Haitang como símbolo de su hogar y diosa.

— ...solo es eso?

— Mmn también funciona como una brújula.

— Que es una brújula?

— Pregúntale eso a tu Ayi, ella sabe mejor de estos temas.... es más ahí viene.

La joven apunto por los cielos, el pequeño pudo ver como una doncella de cabellos rubios dorados claros quien portaba con unas extrañas y reveladoras túnicas de color rojo y café descendiendo lentamente, gritando llena de alegría.

— ¡¡Cariño ya estoy aquí!!

Chu Wanning despertó un poco confundido por el sueño que tuvo, los susurros aún siguen inundándole. Sin embargo, este sueño le devolvió a su mente algunos buenos recuerdos del pasado. Dentro de su habitación en el pabellón del Loto Rojo se preguntaba si podría regresar en esos tiempos.

Desde la jodida noche de bodas con Taxian-jun, este sueño ha estado acompañándolo últimamente, pero por más que intente ver el rostro de la doncella que lo cuidaba no tenia éxito, sin embargo, conocía a la perfección a la otra joven y su aparición era nuevo en el sueño.

Ella era lo más cercano a una familia por así decirlo, al menos en este sueño es más calma acompañado con toques de alegría, y no un baño de sangre con cadáveres por doquier como en realidad fue, solo con recordarlo siente un ligero sabor amargo. 

Las voces aún siguen inundando dentro de su cabeza y por instinto se levantó, pero las heridas de los encuentros brutales con Taxian-Jun aun no sanan, su cuerpo se encuentra frágil, adolorido y aun ardía en fiebre.

Sin embargo, eso no lo detuvo, desde la mañana a estado un poco inquieto, ha sentido esta presencia familiar, eso fue lo que lo impulso a salir de la cama para buscar aquella presencia, porque si ella está aquí le sería más fácil sobrevivir.

No fue sorpresa para él ver que logro abandonar el pabellón sin ninguna restricción. Definitivamente algo está pasando aquí y Chu Wanning ya comenzaba a tener una idea de lo que ocurre.

Una voz sedosa y lleno de calma resonó dentro de su cabeza.

Salón Wushan

— El salón Wushan?

Pregunto con calma, pero nadie le respondió de nuevo, cerro sus ojos con fuerza y ahogo un gemido de dolor al sentir una punzada horrible y jodidamente insoportable en su parte baja al intentar dar un paso más, sentía que en cualquier momento sus piernas cederían, pero no podía rendirse, necesitaba llegar al salón Wushan.

Y al parecer la suerte esta de su lado, debido a que un portal circular de un tono dorado Yacía frente a él cuándo abrió los ojos de nuevo con pequeños dibujos un poco ambiguos y cuadrados girando lentamente hacia la derecha, el cual daba a unos metros de una puerta que daba directamente hacia el salón Wushan.