Capítulo 6.

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Los días avanzaron con Hyun Jin preguntándose por qué Seung Min también necesitaba la ayuda de un guardián como el suyo, pero al mismo tiempo podía respetar que el más bajo no quisiera contarle qué deseaba. Además, él seguía manteniendo su propio anhelo como un secreto.

Sin embargo, eso no quería decir que se habían alejado o que las cosas eran incómodas entre ellos. Hablaban más que antes en la escuela, trabajaban en equipo si alguna materia requería que hicieran una actividad en parejas, almorzaban juntos en la cafetería para refugiarse del frío, a veces pasaban un rato en la biblioteca después de clases y no siempre les era sencillo despedirse una vez que llegaban a la puerta principal del edificio y debían tomar caminos diferentes.

Los guardianes de deseos siempre los acompañaban y cumplían con su trabajo al ayudarlos a ser cada vez más honestos, pero para ellos aún no era el momento de volver a casa.

—¿Qué harás el día veinticuatro? ¿Tienes planes con tu familia? —Seung Min jugaba con la correa de su mochila mientras hablaba, algo nervioso por no tener ni idea de lo que respondería Hyun Jin.

El pelinegro caminaba a su lado tranquilamente, manteniendo sus manos cálidas en el interior de los bolsillos de su abrigo a pesar de que también estaba usando guantes. La Navidad estaba cerca y las vacaciones de invierno habían comenzado de manera oficial, por lo que esa sería la última vez en el año que podrían salir juntos de la escuela, lo cual por algún motivo se sentía extraño incluso si nada los detenía de seguir haciéndolo a partir de enero.

—Cenaré con mis padres, pero a la mañana siguiente estaré libre —contestó con una sonrisa—. ¿Por qué? ¿Te gustaría...? —Se sonrojó un poco al darse cuenta de lo que iba a preguntar, desconociendo cómo de pronto había obtenido el valor suficiente para hacerlo y perdiéndolo casi al instante, sin siquiera terminar su pregunta.

El castaño se le quedó viendo con cierta confusión. Hyun Jin escuchó los susurros de PuppyM que venían desde su mochila, invitándolo a no darse por vencido y decir lo que quería de una vez.

—¿Hyun Jin?

¡Oh, no! Había preocupado a Seung Min por quedarse en silencio tan súbitamente, como un tonto.

—¿Te gustaría... ir conmigo a algún sitio y que pasáramos la tarde juntos? —Dijo por fin, mirando hacia el lado opuesto con la esperanza de que así el más bajo no pudiera notar el tono rojizo que se extendía por todo su rostro en esos momentos.

Seung Min formó en sus labios una sonrisa pequeña, pero sincera, y después asintió, sonrojándose igual que el otro chico y murmurando algo parecido a "Quería preguntarte lo mismo".

Intercambiaron mensajes y algunas fotografías durante la Nochebuena, emocionados por el hecho de que se verían al día siguiente y pasarían tiempo juntos en un ambiente distinto al que ya se habían acostumbrado en la escuela. Seguramente encontrarían muchas parejas en las calles, tal vez incluso ellos llegarían a parecer una más, pero no tenían problemas con eso.

Después de cenar, Hyun Jin le dijo a sus padres que intentaría dormirse temprano y subió a su habitación, pero lo que hizo fue sacar una buena cantidad de ropa de su armario para verla con detenimiento.

—¿Todavía no sabes cómo te vestirás para tu cita? ¿Vas a elegir desde hoy? —PuppyM lo observaba desde el escritorio, agitando su colita. Se sentía feliz por el joven pelinegro y encima estaba de buen humor porque un rato atrás había comido baesuk* gracias a él.

—No es una cita.

—¡Claro que lo es! Aunque no usaste exactamente esa palabra cuando le preguntaste a Seung Min si quería acompañarte a algún lugar y tampoco hiciste una aclaración, es obvio que tendrán una cita.

—Te equivocas. Es sólo una salida entre amigos —aseguró mientras regresaba un par de prendas al interior de su clóset.

—Entonces, ¿no aprovecharás el ambiente romántico que habrá en la ciudad para confesarle a Seung Min lo que sientes por él?

—¿Qué dices? ¿Cómo podría hacer eso? —Suspiró y se dejó caer sobre su cama, a un lado de la ropa que aún no guardaba—. No estoy listo...

—Pues a mí me parece que ya estás a un solo paso.

—¿Qué significa eso?

—Hmm... Te dejaré pensarlo —dijo con una sonrisita.

—¡Oye!

El guardián de deseos se acomodó junto a él sin pronunciar nada más y, de una manera u otra, Hyun Jin pronto empezó a sentirse mucho más tranquilo. PuppyM lo había ayudado a encontrar la valentía para hacer varias cosas que antes sólo podía imaginar y si últimamente se había acercado más a Seung Min era sin duda gracias a él, incluso podía decir que estaba en deuda con aquel ser.

El pelinegro sonrió con ternura y acarició la cabeza de PuppyM antes de susurrar un agradecimiento. Debía confiar en que todo saldría bien y tendría una Navidad muy agradable.

Mientras, Seung Min también estaba ocupado eligiendo la ropa que usaría para salir con Hyun Jin. Tenía ya varias opciones, pero cuando quería esforzarse por lucir mejor que nunca, podía llegar a ser bastante indeciso.

—Ni siquiera sé si iremos a un lugar elegante o si haremos algo más simple... —Pensaba en voz alta.

—¿Ya te probaste algo rojo? —Sugirió Jiniret antes de meterse a la boca otro pedacito de chocolate con nueces—. Es un color muy navideño, ¿cierto? Además, opino que no estaría nada mal para una confesión.

—No voy a confesarme, Jiniret.

—¿Eh? Pero ustedes se han hecho tan cercanos —comentó el guardián de deseos con los ojitos llorosos de un momento a otro—. Has trabajado tan duro y mejorado un montón. ¿Por qué no quieres decirle a Hyun Jin cómo te sientes? ¡Estás a un solo paso!

—¿A qué te refieres?

—E-eso... tienes que descubrirlo por tu cuenta —dejó salir un suspiro.

Continuará.

*Baesuk.- Postre tradicional hecho con pera coreana.

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Ya casi se termina este fanfic. 😳

Los guardianes de deseos [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora