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Ran veía como Vi hablaba con una sonrisa en la puerta, decidió ignorarla y terminar de recoger sus cosas.
Ahora estaba en un duelo, quedarse y esperar ver a quien dejaba esas notas, o ir y deshacerse de esa hambre que lo empezaba a derrotar.

— Ran, vamos, muero de hambre — Thomas le golpeó con la palma en la espalda mientras iba a la puerta.

Dió una vista general del salón, todos ya estaban saliendo o a punto de hacerlo. Suspiró saliendo al pasillo y también echó una ojeada en ambas direcciones, nada. Rendido por hoy, apresuró el paso a la cafetería alcanzando a Thomas.
Ambos eran buenos amigos, se conocian desde secundaria, casi 6 años para cuando se graduaran de preparatoria.

Fue en ese momento que la pelirroja Vi puso la nota en la mesa de Ran, cuando todos se fueron. Corrió con su dinero a la fila, chocando con sus dos amigos viendo una incómoda escena.
Key estaba asintiendo con una forzada sonrisa a las miles de cosas que el castaño le contaba de él.

— hey, Key! — Vi la fue a abrazar — ¿qué hay de comer?

— no se, tengo mi bento, pero él quería compañía — suspiró.

— Key es una chica muy amable, ¿no? — rió abrazandola por los hombros.

— déjala ir, se siente incómoda.

Ran sonaba serio, y a Thomas también se le veía así. Takahashi la tomó de los hombros, causando un color rojo en sus mejillas, y la llevó a sentarse junto a él y los integrantes del club de ambos.

— gracias por sacarme de ahí, Takahashi — agradeció compartiéndole de su bento.

Quiza podía mostrarle su cariño a él por acciones, pero estaba segura de que no se daría cuenta.

Después de todo, él estaba centrado en su deporte favorito.

Palabras a Ran Takahashi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora