- Entonces viviste en una especie de, ¿mansión?
Amelia se echó a reír.
-No, por dios, no. Vivíamos en una especie de sótano. Pero no os creáis, parecía un pisito normal. La casa estaba en una pendiente por lo que desde fuera parecía tener tres plantas - se detuvo - en realidad, eran cuatro. Vivíamos en el primer piso. No se me permitía subir las escaleras nunca. Bueno, no a voluntad. Si no tenían compañía por los alrededores, entonces a Luisita la dejaban llevarme a su habitación. Siempre y cuando, claro, ninguna de sus verdaderas amigas estuviese allí. No sé veía bien desde fuera que la hija de la criada estuviese con ella.
- Vaya, que familia más gilipollas, en pleno siglo ventiuno - dijo Marina - ¿todavía hay gente así?
- ¿Qué? ¿Personas obsesionadas con la separación de clases? - preguntó Amelia - Manuela Gómez seguía todas las reglas sociales. Era bastante rígida sobre su estatus en la comunidad.
- Sé que Zaragoza ha crecido, pero... ¿es lo suficientemente grande como para soportar una de tus tiendas?
- Zaragoza tiene hoy en día una gran cantidad de población. Mi concepto de mercado de productos frescos debería ir bien allí. La tienda más parecida a la mía les pilla a dos horas con coche.
- ¿Esta será ya la cuarta tienda, no?
Amelia asintió
- Sí, todavía no me creo la suerte que hemos tenido. A pesar de que hay bastantes supermercados, nosotros podemos ofrecerles productos orgánicos y alternativas vegetarianas y veganas - tuvo que detenerse, sabiendo que podría hablar durante horas de su negocio - Ha sido un gran éxito en pequeños pueblos sobre todo.
- Quien iba a decirte que ibas a acabar dedicándote a esto, con lo buena que eres en la música - dijo Marina.
- La música siempre será parte de mi vida, aunque más como un hobby que otra cosa.
- Entonces ¿te irás mientras va tomando forma o cuando esté terminada? No estarás pensando en abandonar la capital, ¿no?
- No. No me veo viviendo en Zaragoza otra vez.
Un silencio se instauro durante breves segundos.
- Bueno, cuéntanos más sobre Luisita - la animó Ana - os volvisteis buenas amigas, me imagino.
Amelia asintió.
-Al principio, su madre estaba horrorizada con que bajara a los suburbios de la casa - se detuvo - fueron un gran apoyo cuando mi padre estuvo enfermo, así que fueron como un ángel salvador cuando mi madre y yo estuvimos solas. Estoy segura de que me tenían pena y por eso me dejaron acercarme a Luisita.
- Supongo que no fuisteis juntas al colegio.
- Supones bien. ĺbamos al mismo nivel, pero ella iba al colegio privado. No teníamos amigos en común ni nada. Al principio, sólo jugábamos afuera, o en la cocina, o en mi habitación. Pasó un tiempo antes de que me llevará arriba - dijo sonriendo - Yo tenía doce años.
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Flashback
-¿Estás segura de que no pasa nada?
Luisita la cogió por la mano y la arrastró escaleras arriba.
- Quiero enseñarte mi habitación. Dijiste que eras buena en matemáticas - le recordó - Te prometo que no te obligaré a jugar con mi colección de muñecas.
- Tu madre podría enfadarse - dijo Amelia.
En realidad, no tenía ni idea de si eso era posible. La Sra. Gómez difícilmente aparecía por la cocina, así que Amelia sólo la había visto un par de veces desde que estuvo viviendo allí.
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Siempre fuiste tú
FanficLuisa Gómez, hija de unos padres adinerados demasiado obsesionados con el que dirán, conoce a los nueve años a Amelia Ledesma, hija de la encargada del servicio doméstico. Pese a su gran y rápida amistad, ambas siempre han sabido cual era su papel e...