EPISODE 30

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No podía aún creérselo. Tumbado en una camilla el doctor Fredderich Harnet le confirmaba que estaba embarazado, de un mes exacto. Le hicieron su primera ecografía, pero aunque era muy pequeño y apenas se veía, para ellos era lo más grande del universo.

—Ahora tienes que cuidarte mucho y recuerda que comes por dos—le explicó el doctor Fredderich.

Xiao Zhan asintió mientras veía como le limpiaba el gel que extendió por su firme vientre. Se incorporó y se bajó con cuidado la camiseta no pudiendo evitar suspirar emocionado.

—Quiero verte cada 15 días, pero si notas alguna molestia o tienes alguna perdida te vienes de inmediato—explicó el doctor Fredderich.

— ¿Le puede pasar algo malo al bebé? —preguntó Xiao Zhan alarmado.

—Eres primerizo y joven, pero no debes preocuparte. Solo piensa en tu hijo creciendo a salvo dentro de ti.

—Tengo mucho miedo—susurró Xiao Zhan—No quiero que le pase nada...

Yibo se apresuró a cogerle una mano que se llevó a los labios y besó.

—No le va a pasar nada a nuestro hijo. No te alteres Xiao Zhan—le pidió con suavidad al verle derramar una lágrima.

—Eso también es normal—comentó el doctor Fredderich sonriendo—Tienes las hormonas revolucionadas, de pronto estarás riendo como llorando. Ten paciencia con él, Yibo.

Yibo asintió sonriendo. Ayudó a Xiao Zhan a bajarse de la camilla y le puso la chaqueta por encima para que no se enfriara.

—Aquí les he apuntado nuestra siguiente cita—dijo el doctor Fredderich tendiéndoles una carpeta—También hay un folleto con el título de algunos libros que poden ir leyendo, y mi número particular. llámenme para lo que sea.

Yibo cogió la carpeta y se despidieron de ella. Entraron en el ascensor y bajaron hasta el estacionamiento donde estaba el auto de Yibo.

—Habrá que pensar en comprar ropita de bebe—murmuró Yibo tras ayudar a sentarse a Xiao Zhan.

Xiao Zhan asintió suspirando. Ya se imaginaba a los dos llevando a su hijo en su sillita en el asiento de atrás, con canciones infantiles sonando en la radio que entre los 3 cantarían.

Regresaron a la casa de Yibo tras hacer una pequeña parada en la tienda que gracias a Dios abría las 24 horas. A Xiao Zhan se le antojaron galletitas saladas, pero una vez dentro no se pudo contener y empezó a coger dulces y gominolas.

Una vez en la habitación se tumbaron en la cama y mientras que Xiao Zhan "devoraba" las galletas, Yibo estudiaba unos informes. O eso intentaba, había un tema que aún no habían tocado...

—Xiao Zhan, se lo tenemos que contar a nuestros padres—dijo dejando los papeles a un lado.

Lo sintió resoplar y acomodarse mejor contra su cuerpo.

—Mi madre no se lo tomara bien—confesó Xiao Zhan en voz baja.

Yibo tuvo que darle la razón en eso. Desde que Xiao Zhan lo presentara a sus padres como su Alfa oficialmente, Liu Ting nunca lo miro bien. Siempre espero para su hijo Omega tuviera a un Alfa multimillonario que la sacara a ella, exclusivamente de su no tan acomodada vida, y por lo mismo siempre rechazo su noviazgo.

Pero eso era justamente lo que más lo unía a su Omega. Xiao Zhan era especial, fueran donde fueran todas las miradas se volvían para observarle y eso le llenaba de orgullo. Su chico era muy guapo y él muy afortunado de tenerle a su lado.

My Only ExceptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora