Capítulo Dos: Encargo.

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Tranquilidad. Aquello era lo único que aparentaba, tranquilidad. Más no era así, su mente se encontraba llena de cargas, lamentos, arrepentimientos y palabras que quedaron en el vacío, promesas que aún no se habían cumplido y recuerdos amargos de una sonrisa jurándole que estaría todo bien.

Se volvió un sastre famoso por su barrio, en Descanso de las Nubes, recibía encargos a menudo y su costo no era algo barato, normalmente solo la gente que tenía mucho dinero o ahorros suficientes podía comprar alguna prenda confeccionada por sus manos. También había algunos rumores que corrían de su vida personal, pero esto normalmente no le importaba.

Ya era un adulto, sabía sus responsabilidades y sus necesidades, pero aún así eso no evitaba sentirse vacío de vez en cuando. El pasado podría ser algo muy tormentoso para su pulcra mente. Cuánto anhelaba volver al pasado y hacer algo en vez de quedarse callado.

Eso solo le hacía volver al pasado. Su vida de niñez fue un poco dura, recuerda que antes de tener una residencia que también fundiera como lugar de trabajo, dormía en paja y en un lugar donde el olor y el agua no era muy potable. Misma razón que ocasionó muchos problemas.

Xichen, su hermano mayor, siempre se encargó de cuidarlo y sus sonrisas siempre lograron calmarlo. Terminó viviendo solo y no sabía qué hacer, pero decidió esforzarse por sobrevivir. Ahora su recinto era conocido como el mejor sastre de todo el barrio, aquello lo hacía sentir que sus esfuerzos valieron la pena. Estaba solo ahora, solo espera que su hermano mayor lo esté viendo desde cualquier lado, y reza porque su angustia pase y encuentre la esperanza, realmente quisiera saber que paso con él.

Puso su vista en sus manos, parecían enfermas pero solo eran muy pálidas, de un color níveo. Su aspecto siempre fue diferente, sus ojos eran especiales y su rostro era muy bello aunque no tenía un rango social reconocido o algo en ese entonces. Un recuerdo cruzó su mente, tan cruel.

Su hermano mayor siempre había sido un sol, sonreía y se comportaba bien, siempre respetuoso, agradable y amable, era muy popular con las bellas doncellas aún a su corta edad. Para ese entonces su hermano tenía 20 años y él apenas 11, su padre aún se encontraba vivo, aunque nunca salía de su cuarto, prácticamente eran Xichen y él contra la cruel sociedad.

No importaba que, su hermano siempre le brindaba una sonrisa y eso lo hacía sentir tranquilo, sus ojos se volvían una luna menguante y eso lo hacía sentir que miraba a una estatuilla bebe de buda, todo hasta que un día...

Wangji escuchó el colgante de campanillas sonar, sus pensamientos se difuminaron en cuestión de segundos, alguien había ingresado a su propiedad. Se levantó de su asiento y se dirigió a la entrada de su residencia.

Camino lentamente, pasando por las habitaciones de la residencia, manteniendo sus manos posadas en su estómago. Y al llegar a la entrada pudo ver a aquel hombre, aunque tenía una tela cubriendo su rostro por alguna razón intuyo que era alguien muy atractivo. También miró sus ropas y noto que eran caras, otro señor rico que venía a su establecimiento, ¿Qué prenda le van a encargar en esta ocasión?

Cortésmente saludo sin recibir ninguna respuesta. Normalmente era así, los hombres ricos venían con toda su hipocresía, su ego elevado, levantando el rostro como si no tuvieran ningún rencor en mostrar que ellos eran "superiores" por su clase social. Sinceramente esto no le importaría mucho, pero eso no evitaba que se sintiera algo pequeño en algunas ocasiones cuando la ofensa no era hacia él.

— Me han contado de un sastre muy bueno —Comenzó a hablar el hombre—, ¿cierto?

Wangji simplemente asintió, no podía saber la expresión del hombre, aunque por poca transparencia que tenía la tela, pudo intuir que una sonrisa se ensanchó por la comisura de su labio.

El Sastre del Descanso de las Nubes || LuoZhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora