¿Y si te rezo todas las noches antes de dormir? ¿Si el eco de mis plegarias inunda cada capilla de esta ciudad? ¿Los milagros que tus fieles te atribuyen van a llegar? ¿Si llevo una estampita con tu retrato a todos lados, algún día vas a acudir a mi llamado? ¿Acaso esta peregrinación detrás de tu imagen me conduce a algún lado? No lo sé, la verdad no sé si funciona. Pero, como todo ateo, lo hago por las dudas; porque creo que me aterra más la idea de dormirme sin tu posible bendición que resignarme al hecho de que, como todo dios, vos tampoco existís.