La caja.

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Draken.

– Koko baja de ahí – volvió a llamar Inui al pequeño que se escondía en uno de los estantes más altos del local, para empezar nisiquiera sabia como había subido – Koko – intento por última vez y al no recibir respuesta suspiro con pezades.

– ¿volvieron a pelear? – preguntó Draken entrando al cuarto de repuestos en donde se encontraban y se acercó a su socio y compañero.

– algo así – se lamento el rubio masajeando sus sienes – volvió intentar vender mis cosas en línea, le quite el Internet y ahora está molesto.

– ¡ya no usas nada de eso! – grito el pequeño haciéndose oír por primera vez en un buen rato.

– Que no lo use no te da derecho a venderlo – palmeo a tientas de nuevo el estante intentando alcanzarlo pero era inútil, aún si era algo alto no llegaba del todo bien.

Inupi volteo a ver a Draken que había decidió pasar de él y su discusión con su Tiny para buscar algo en las cajas que descansaban en el suelo.

– Draken, podrías...

– olvídalo – sentenció antes de que su amigo siquiera le pidiera el favor.

– por favor, tu llegas fácilmente y aquí es demasiado estrecho como para que me monte en algo.

– la última vez me mordió.

– picalo con un palo si quieres, así saldrá.

– cuanta delicadeza, es bueno saber que me quieres Inupi – Koko había asomado la cabecita a la orilla del estante para ver a los otros dos, el joven de ojos verdes quiso aprovechar y salto para poder alcanzarlo pero el pequeño pelinegro reacciono a tiempo volviendo a arrinconarse para que Inupi no le alcanzará.

Draken suspiro cuando sintió a el mayor perder el equilibrio por un momento y se sostuvo de su espalda para no caer, el más alto espero a que Inupi pudiera pararse bien para poder enderezarse y cuando lo hizo llevo su mano al último estante, no veía bien pero alcanzaba tocar el tope y era ahí donde el pequeño Tiny se refugiaba por lo que cuando sintió el cabello de Koko rozarle los dedos este empezó a manotearle para que se alejara pero Draken logró tomarlo de la ropa para sacarle de un tirón de su escondite.

Inupi se apresuró a juntar sus manos y entonces el menor dejó caer a Koko en ellas.

– bien, ahora hablemos esto de manera civilizada ¿te parece? – le hablo cuando pudo sostenerle firmemente cuidando de no apretarle como para llegar a lastimarte, el pequeño pelinegro se negó a responderle frunciendo el ceño y voltenadole la cara – vamos a mi cuarto, Gracias Draken.

El nombrado se limito a hacer un sonido con la boca y mover la mano restandole importancia en respuesta cuando vio a su compañero salir del cuarto con el pequeño gruñón en mano.

Cuando Draken se aseguró de que se encontraba solo dado que oyó a Inupi subir las escaleras a la planta donde ellos vivían no pudo evitar soltar una pequeña risa, no había día que aquellos dos no tuvieran si quiera una pequeña pelea.

– bueno, al menos Mitsuya tuvo suerte de que Hakkai fuera más tranquilo y obediente – susurro para si mismo recordando a su amigo y el Tiny del mismo.

Entonces el pelinegro detuvo sus movimientos por un momento.

"¿Cómo habría sido el mio?" No puedo evitar que ese pensamiento cruzara de manera fugaz por su mente.

Draken era una de esas personas que nunca tuvo la oportunidad de siquiera haber conocido a su Tiny.

A la mayoría de las personas le llegaba la pequeña cápsula que estos habitaban cuando cumplían 15 años, pero el nunca recibió la suya, no se preocupo en ese entonces talvez llegaría el año siguiente fue lo que pensó pero eso nunca pasó.

Mejor tarde Que nunca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora