5. posesivo

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A punto de entrar de vuelta, me detuvo una voz conocida.

— ¡Kiara!

Giré mi cabeza con los ojos bien abiertos hacia mi izquierda.

— ¡Eee, mis pibas!

Empecé a caminar también, acercándome.
Dos chicas, una morena y alta, de ojos achinados; la otra más bajita, de pelo castaño, ojos grandes y verdes, pecas y flequillo.

— ¿Cómo estás Kia? — dijo Belu, acariciando me el brazo.

— Bien, bien, ¿vosotras? — miré a Mari.

— Bien también, me alegro mucho. Justo íbamos a la tienda de por acá — señaló Mari.

— ¿Algo importante? — pregunté curiosa.

— Martín va a hacer una joda esta noche — respondió la chilena un poco incómoda — ¿No te ha invitado?

— Mmm... No, que yo sepa — me puse un poco incómoda también, pensé que nos llevábamos bien él y yo, pero parece que no le hago mucha gracia...

— De todas formas podés venir con nosotras — me invitó María tocando su flequillo por si se le había descolocado.

— No, chicas, pero gracias. He quedado con Ivo para cenar.

Las dos se intercambiaron una mirada entre ellas, con el rostro serio.

— ¿Pasa algo?

Cuando hablé parpadearon y me miraron a la vez.

— Esto que quede entre nosotras, ¿vale? — la Chile se me acercó un poco más como si fuera a contarme un secreto.

— Sí, sí, saben que pueden confiar en mí — puse una sonrisa angelical.

— Bien. — se aclaró la garganta mientras nos sentábamos en las escaleras de delante de mi casa, bueno, la de Khea — Quedamos hace par de días la mayoría para la fiesta que se lo ocurrió por la cara a Martín, nos encontramos a Khea y le dijimos que te avisara cosa que al parecer no ha hecho... — sonrió irónicamente

— Cuando has dicho lo de la cena... — interrumpió Mari — Caímos en que al parecer, tu noviecito y amigo nuestro, no quería que fueras.

— Sabréis al menos que lo nuestro no va muy bien, ¿no? — pregunté entristecida.

— Todas las parejas pasan por un momento duro, Kia — dijo la Chile haciendo muecas con la boca — No debes preocuparte mucho.

— ¿Hace cuánto hablaron de la cena? — me preguntó Mari mirándome con el ceño fruncido.

— Anoche... — murmuré soltando aire.

— Bof... — se quejó — Creo que podemos retomar lo de que no quería que fueras.

— ¿Van todas las pibas? Porque me niego a ser la única en no ir.

— Claro que vamos todas — me respondió la de las pecas colocándome su mano en el hombro.

— Puedes intentar convencerlo, ¿no, Kiara? — me preguntó Belu intentando encontrar alguna solución.

— Ajá, recemos porque no vuelva drogado como siempre, — pensé un momento — y como si fuera a cambiar nuestra cena por una joda...

— Ya... pero tenés que intentar hablar con él. Y por favor, que deje las malditas drogas — Belu se empezó a mirar las uñas. 

La conversación parecía que no iba a ir a mucho más. Belu y Mari se pusieron de pie, dejándome sentada.

— Manda Whats por cualquier cosa. — me dijo Mari.

— descuida. — me limité a responder mirando hacia la otra calle.

— no te pongas así. — se volvió a agachar Belu agarrándome un cachete — Te compraremos algo por si cambia el tiempo.

— No hace fal...

Me acariciaron la cabeza suavemente y empezaron a caminar, susurrando cosas.

Puse mala cara.
Todo esto es culpa de Ivo.

Maldito diablo • TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora