2. vueltas

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Me percaté de que ya estaba poniendo la mesa del desayuno.

— ¿Tostadas o cereales?

— Tostadas — le respondí secamente.

Me dirigió una mirada rápida y volvió a la comida.
Me digné a sentarme en la mesa esperando a que terminara de poner la mesa.
Sacó las tostadas de la tostadora y las colocó en el plato vacío que se encontraba frente a mi.
Me crucé de brazos, intentando ordenar el caos que había en mi mente mientras llenaba mi taza de café.

— ¿Qué tal los estudios? — preguntó intentando sacar algún tema de conversación en esa horrible mañana.

— Bien, normal. Ya sabes, lo de siempre — respondí mientras impregnaba mantequilla en las doradas tostadas.

— ¿Lo de siempre?

No contesté, seguí concentrada en mi desayuno.

— Me gusta como te queda.

— ¿Eh?

Cuando levanté mi mirada lo vi observando fijamente su camiseta.

— Todo te queda tan bien... — se mordió los labios — Podés quedártela.

No me salían las palabras, la puta madre, él intentaba ser "amable" pero yo se lo ponía tan difícil...

— ¿Enserio me vas a seguir ignorando? Dale wacha — empezó a rozar sus piernas contra las mías con una sonrisa burlona — sabes que este niño necesita un poco de tu atención.

No quiero hacerle daño.

— Ivo... — me lo quedé mirando unos segundos a los ojos — Yo...

De repente sonó el timbre.

La puta madre no se lo iba a poder decir nunca.
Me miró con una mueca extrañado y se levantó lentamente.

— Voy a abrir, gorda, vos seguí desayunando.

Me quedé pensativa mientras se alejaba a la entrada.
Era sábado y esta noche me dijo que iba a llevarme a cenar a algún lado.
No quería dejarlo en ridículo, pero tampoco podía guardarme lo más.

— Mañana será...

Me acabé mi tostada justo cuando vi de nuevo acercándose a la cocina junto con una chica bajita, rubia, pecosa y de ojos verdes.

Maldito diablo • TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora