Blodau [KookMin]

─Tulipanes Blancos─

Jimin estaba cien por ciento seguro de que hoy no le entregarían flores, estaría toda la mañana en la cancha deportiva admirando las competencias atléticas, porque era eso o quedarse recibiendo las clases de cultura política.

No era gran amante a los deportes, le parecían algo repetitivo y aburrido, pero nada le privaba de admirar solitariamente aquellos chicos de último año jugando con un balón.
─Quién fuese pelota─ pensaba Jimin, al ver las gotas de sudor resbalado por los fornidos brazos.

Entre todos, alguien había logrado captar su completa atención, este era un pelinegro de aspecto imponente y tez blanquecina. Su brazo derecho se cubría por una manga de tatuajes artísticos y su rostro destilaba belleza.

─¡Hey, Jimin!─ Se escuchó una voz medianamente baja y el mencionado saltó en su lugar, nadie le hablaba a no ser que fuera para molestarlo.

Park volteó a su lado encontrándose con un muchacho de cabellos castaños, piel morena, facciones marcadas y complexión delgada.
─¿Qué sucede?─ Preguntó

─Solo quería que me hicieras compañía. Por cierto, me llamo Kim Taehyung y ese al que miras con tanto ahínco es Jungkook, mi mejor amigo─ el castaño sonrió orgulloso y Jimin se permitió respirar.

─Mucho gusto Taehyung, por lo que veo ya conoces mi nombre─

─Y cómo no conocerlo─ Musitó el moreno de manera irónica sonriendo.

─¿Qué?─ Preguntó el rubio confundido por las palabras de Kim.

─Nada─

Ambos quedaron absortos en las  maravillosas jugadas realizadas, se perdieron en la agresividad de los jugadores, amaron las expresiones faciales y dejaron correr el tiempo sin medida.
Cuando el juego acabó, Taehyung ya se había ido para animar a su novio, un pelirrojo de cara alargada y sonrisa cálida, transmitía una vibra genial.

Jimin esperó a que la cancha se vaciara totalmente para partir hasta su hogar, tomó la mochila y emprendió camino por las grandes puertas.

─¡Park!─ ¿Por qué todos querían entablar conversaciones el día de hoy?.  ─ Creo que esto es tuyo, lo dejaron en las gradas─ El chico que anteriormente lo había llamado, le extendió una flor blanca como la pura nieve y se fue por donde mismo vino.

En el rostro del rubio se vio dibujada una sonrisa instantánea, si bien, no era un gran ramo, aquella flor le hacía perder la cordura con solo mirarla. Esta vez no había una nota, sinó un lazo fino de papel enrollado donde claramente se veía una frase.

"Rubiecito, estoy más cerca de lo que crees"

Y otra vez más, Jimin sintió miles de mariposas revoloteando fervientemente en su estómago.

©️FuckMissa🌱

¡Buenaaassss! Yeph a esto no le queda mucho, disfruten porque este minifanfic está casi en el final.

Los amo♡