HoSeok es un omega en una época errada.
«Los alfas siempre alardean tener el control sobre cualquier otro rango, pero una vez que olfatean nuestros dulces aromas pierden el control sobre sí mismos. Entonces, ¿quién es verdaderamente el rango más déb...
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La presentación del príncipe HoSeok llegó demasiado pronto.
Estaba en su habitación mirándose en el espejo, solo estaba con una larga bata de seda de color blanco para, supuestamente, demostrar la pureza en él. Su rostro se mostraba disgustado y JiSung estaba a su lado mirando de igual manera al príncipe.
—Se ve lindo, mi príncipe.
HoSeok se rió.—Supongo que es así.
—Podría estar vistiendo trapos sucios y escondiéndose detrás de las heces de los caballos para ocultar su aroma, al menos su celo será en un lugar más agradable.
El príncipe parpadeó y miró al sirviente.—Lamento que tu primer celo haya sido tan horrible.
JiSung se encogió de hombros.—Pudo haber sido peor.
HoSeok no sabía de qué forma podría ser peor pero decidió no indagar sobre eso, miró hacia el gran ventanal, el sol escondiéndose por las colinas ya que estaba anocheciendo. HoSeok estuvo encerrado todo el día por prevención, sus feromonas eran más fuertes ese día y, según su papá, solo necesitaba un "pequeño empujón" para que el celo se desatará.
—El príncipe JiMin ha estado preguntando por usted.—Mencionó JiSung de repente.—Su sirviente me comentó que jamás había visto al heredero tan arrepentido.
HoSeok no respondió y se entretuvo mirándose en el espejo.—¡Oh! Mira esto.—Se bajó del taburete donde se encontraba y tomó ambas manos del omega más bajo, mirándolo directamente a los ojos con una pequeña sonrisa.
JiSung se mantuvo callado, mirando al príncipe HoSeok de la misma forma que este hacía hasta que percibió el dulzón aroma de la vainilla, parpadeó cuando este desapareció repentinamente y abrió su boca.
—¡Lo hiciste!
HoSeok se rió entre dientes.—Creo que no soy muy bueno aún, pero ahora puedo soltar unas pocas y luego detenerlas.
—¡Es impresionante mi príncipe, va por buen camino!—HoSeok sonrió con orgullo.—Pero... sobre el príncipe heredero...
La sonrisa del príncipe se borró y soltó las manos del sirviente caminando a su cama para recostarse y tomar el libro que estaba leyendo, uno que le había regalado el señor Kang. JiSung suspiró y se acercó para recostarse justo a un lado de HoSeok.
—Gyum me rogó que lo convenciera para que hablara con el heredero antes de la gran ceremonia.
HoSeok colocó el libro sobre su rostro.—Pierdes el tiempo.
JiSung se encogió de hombros.—Lo supuse, mi trabajo está hecho.
El príncipe se carcajeo y alejó el libro de su rostro, se recostó de lado con su codo sosteniendo su cabeza y miró a JiSung relajado.—Eres un pésimo sirviente, cualquiera hubiera insistido para que el heredero le diese una recompensa.
