Tercer capítulo

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—¡Mire esto, príncipe!

HoSeok se colocó de cuclillas junto a JiSung y ambos miraron con detención a los peces en el estanque del jardín principal.

—Están...

—¡Teniendo pececitos!

HoSeok miró con asco al pez.—Se ve extraño.

—Tendrá que acostumbrarse, así tendrá a sus cachorros.

El mayor miró perplejo a JiSung quien sonreía mientras continuaba con su vista fija en el estanque.

—JiSung... en serio, ¿tú me enseñarás a controlar un alfa?

El sirviente miró a HoSeok.—¿Qué dije?

HoSeok hizo una mueca, pensándolo más detalladamente, JiSung era un sirviente, un omega nacido en la clase baja después de todo.

—Espera, JiSung... ¿alguna vez has ido a la escuela?

JiSung soltó una carcajada.—Por supuesto que no, príncipe HoSeok, soy un sirviente, ¿lo recuerda?

HoSeok tragó duro, el chico no tenía educación previa pero sabía utilizar sus feromonas a su favor, ¿qué demonios aprendió en los campos de fresas?

—Bien.—JiSung se levantó y sacudió sus ropas, estirando su mano hacia HoSeok para ayudarle a levantarse.—Es hora de la primera lección: control de feromonas.

—Parece ser la única lección.

—Claro que no, también debe aprender sobre el tacto.

HoSeok inclinó su cabeza a un lado y después se encogió de hombros.—Como sea, vamos a ello.

JiSung sonrió levemente y buscó por todos lados con la mirada, había un par de guardias en la entrada del palacio y algunos betas arreglando el jardín.

—Ahí está el soldado Yang.—HoSeok se giró a mirar al joven con rostro serio y la armadura sobre su cuerpo.—Es tres años menor que el general MinHo.

HoSeok lo miró con aburrimiento.—Genial.

—Vaya a enloquecerlo con su aroma.

HoSeok miró los ojos brillantes del menor, a este punto, se preguntaba porqué se le ocurrió pedirle consejos, bien, sí, el chico sedujo al general más apreciado por su padre, pero quizás fue solo suerte.

—No haré eso.

—¿Por qué no? No es difícil.

—JiSung, no sé controlar mis feromonas, no puedo solo llegar y soltarlas frente a él.

Infortunio omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora