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Hendery lamía sus patitas y de vez en cuanto se estiraba, ese día se sentía realmente mal, pues era un gato omega en celo, por lo que a veces soltaba maullidos adolorido, encerrado en una habitación no había mucho que hacer, la razón de su encierr...

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Hendery lamía sus patitas y de vez en cuanto se estiraba, ese día se sentía realmente mal, pues era un gato omega en celo, por lo que a veces soltaba maullidos adolorido, encerrado en una habitación no había mucho que hacer, la razón de su encierro se debía a que con su forma de actuar asustaba al bebé de la casa, ¡No era su culpa que él llorara cuándo le gruñia o intentaba rasguñarlo!, los bebés humanos eran verdaderamente inútiles y débiles a su parecer. 

Molesto rasguñaba el cojín que su humano le había dado para descargar su rabia, sus papás humanos eran buenas personas, casi cómo sus esclavos, los quería mucho pero el día de hoy no estaba en sus cavales y era una pequeña máquina de odio, ellos no entendían del todo su odio, pues no sabían que él tuviera una época de celo.

— La vida de gato no es fácil, no no — maullaba rabioso, pasando sus garras con fuerza sobre el cojín, sacando todo su relleno. 

Si tan solo ese cojín fuera alguna rata, podría ser mucho mejor. 

— y que lo digas — una voz ajena lo hizo exaltarse y dar un enorme brinco, como los gatos de los videos, dónde les colocaban un pepino detrás y se espantaban. 

De inmediato recobró la compostura, demasiado atento ante el intruso. 

— ¡Meow! ¿quién diablos eres cosa del demonio? —preguntó amenazante, crispandose en ese momento, ¿quién se creía que era para estar en su territorio? 

—Soy Lucas, o así me nombró bebé Chenle — el gato comenzó a lamer sus patas traseras sin importarle la presencia del otro — Un dulce olor aroma me atrajo y entré por la ventana, entonces... ¿vamos a aparearnos o que? Estás muy bonito, nuestras crías serian hermosas. 

¿Hendery estaba escuchando bien?, este pulgoso invadía su precioso hogar y encima quería desvirgarlo ¿quién se creía?, seguro Ten le conseguiría un fino gato con el cuál aparearse, no ese que estaba en frente lamiendose las bolas. 

Ugh, que gato más sin clase. 

— ¿Quién te crees gato pulgoso? fuera de mi hogar —dijo con la rabia llenando su ser. 

Estos gatos de hoy en día, cada vez peores, aunque ahora que lo recuerda, siempre habían sido así. 

— No, no Kun se encarga de bañarme cada semana, no tengo ni una pulga — dijo orgulloso —gatito lindo , te conviene aparearte conmigo tengo una familia estable, y soy lider de una brigada de palomas, les brindo protección a cambio de muchas cosas, ¿no es genial? 

— ¡No! — exclamó el gatito blanco, algunas manchas grises llenaban su peludo cuerpecito. 

— ¿Qué tengo que hacer para que me dejes estar contigo? — preguntó el gato negro, un poco de desespero cargaba su su voz, él quería mucho eso. 

Hendery bufó caminando lejos de él convirtiéndose en humano, si ese gato no se salía él lo sacaría, así que se acercó para poder tomarlo en sus brazos, su plan era tan simple como tirarlo desde la ventana, seguramente caería en sus cuatro patas como era costumbre. 

❥ mininos | ludery/luhenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora