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— ¡Desgraciado! — maulló al verlo
Lucas al escuchar los tan conocidos maullidos levantó su vista encontranse con el gatito de sus ojos, casi sin poder creerlo correspondió sus maullidos con entusiasmo y emocionado trató de subir a dónde su amado se encontraba, mientras los humanos no le prestaban atención, escaló por las sillas llegando finalmente al lugar dónde Hendery estaba recostado.
— ¡Hendery! — exclamó con emoción al estar a su lado, más Hendery hizo como si no lo hubiera escuchado — estaba loco por verte, te extrañé mucho, muchísimo
— Ja, si claro — dijo este mirándo hacia sus garritas, gato cínico, ¿pensaba que le creería así sin más? Ya lo había decepcionado una vez.
Lucas observó su actitud, sabía que no estaba creyendole, y tenía sus razones.
— ¡Es verdad! Sólo que papá Kun no me dejaba salir de casa, y Chenle estaba sobre mi todos los días vigilando que no me fuera — intentó explicarse el gatito —pero no creas que papá Kun es cruel, todo es por mi patita, por eso no podía ir a verte.
Hizo referencia a su patita vendada, que Hendery miró, sintiéndose un poco culpable por sus pensamientos anteriores, ¿algo grave había pasado con Lucas? Y él deseando tantas veces que comiera una rata intoxicada.
— ¿Qué te ocurrió? — preguntó con algo de preocupación, pero intentando no demostrarlo demasiado, poco a poco, no podía ser tan evidente.
— Un humano en bicicleta me pisó mi esponjosa patita— cerró sus ojitos gatunos al recordar aquél dolor, no se lo deseaba a nadie.
Hendery pudo imaginarse el dolor, una vez YangYang lo había pisado sin querer y había dolido mucho, seguramente una bicicleta era peor de todas las maneras posibles.
— Ouch, hay tantos humanos insensibles — expresó Hendery con pesar colocando su patita sobre la de Lucas, comprendiendo al otro gatito. — pensé que sólo había sido un gato de una noche para ti.
— ¡Por supuesto que no Dery! — exclamó bastante seguro — me gustas de verdad.
— ¿De verdad? — preguntó con algo de desconfianza.
El amor en el reino animal era mucho más simple que en el de los humanos, había química y era todo lo que se necesitaba, la atracción era innegable y el deseo de estar juntos importaba mucho más, esperar para formar una relación no era del todo una opción.
— ¡Si! — respondió con emoción.
Quiso sonreír por la emoción del otro, le pareció adorable, pero lo era aún más por el hecho de que la causa de esta era nada más ni nada menos que él.
— C-creo que a mi también, Lucas — confesó el gato, con un poco de vergüenza.
Kin volvió su atención hacía la camilla, encontrándose con la adorable escena de estos dos, levantó su ceja expectante, para que Lucas tuviera es afinidad con otro gato podía implicar otra cosa...
