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Dos meses duraba la gestación de un gatito, realmente se oye rápido, pues Hendery estaba a punto de cumplir los dos meses y su panza se asimilaba a la de Ten cuándo tenía nueve meses. El gatito estaba sumamente bipolar, podía ser un amor y en cuestión de minutos querer acabar con la raza humana.
Las cosas por aquel hogar estaban tranquilas, por su puesto que para YangYang no trataba más de una simple broma, pero se desmayó cuándo vio al gato cambiar a su forma humana, Renjun por su parte no entendía nada y era feliz con eso, Hendery le permitía acariciar a sus crias por sobre el vientre y le encantaba la sensación.
Lucas se paseaba diariamente por aquella casa llevandole a Hendery exquisitos manjares como ratones, cucarachas y una que otra paloma, los Liu verdaderamente no quisieron entrometerse en el gusto culinario de sus gatos, así que se limitaban a mirar con asco de vez en cuándo y no decir nada, cabe destacar que Ten tenía que estar detrás de Renjun porque desde que había visto a los gatos se había puesto de cazador de cucarachas.
- Quiero una galleta Teeen - Hendery rogaba mientras veía a Ten comer unas ricas chocoships, hacía puchero y dejaba que sus lindos ojos hicieran lo demás, lucía totalmente adorable, imposible decirle que no.
- No, Hendery, estas son mías - pero Ten era inmune, quizás no funcionaba en burros.
- Ahg, pero a tu infantil bebé si le das - se cruzó de brazos por sobre su prominente panza.
- ¿infantil bebé? por supuesto que es infantil Hendery, es un niño, no tiene sentido lo que acabas de decir -respondió dando otro mordisco a su galleta, riendo por las ocurrencias del menor.
- El embarazo me tiene más estúpido - respondió encogiendose de hombros - ¿no has oido eso de que a los embarazados no se les niega nada?
- Patrañas - terminó el paquete de galletas dando el ultimo mordisco a la faltante, haciendo enojar a Hendery-, debes superarlo, querido.
- Pero...
- Nada - interrumpió -Debo salir un momento al mercado ¿puedes creer que se acabó mi preciado Sprite?
Ten salió del lugar y Hendery pataleó frustrado, era de esas relaciones amor-odio, amaba a Ten porque era como su padre humano, pero a él verdaderamente le gustaba hacerlo enojar, aún más sabiendo que su caracter de gato le obligaba a ser gruñón muchas de las veces.
- Juro que intento, pero no me puedo acostumbrar - la voz de YangYang llegó a sus agudos oidos, mas desarrollados que los de los humanos.
- YangYang, ¿tienes galletas?
- No Hendery pero...
- Ahg, me voy de aquí nadie puede ser considerado con un hombre embarazado en esta casa - y sin esperar respuesta salió de la sala enojado, ni siquiera Lucas se había aparecido ese día, lo cual ayudaba a incrementar su mal humor.
