Alguien entra a la habitación.
Lleva un traje, va bien peinado y huele a perfume. Me mira y sonríe, su sonrisa es bonita, me agrada.
El hombre se sienta en un sillón que se encuentra al lado de mi cama. No me había fijado antes, pero siempre estuvo ahí. Saca un cuaderno y un bolígrafo de su cartera.
-Len, ¿verdad? Mi nombre es Zack, y soy un psicólogo.
Me alarmo un poco al escuchar eso, pero no genero ninguna expresión en mi rostro.
-No te asustes, estoy aquí para hablar contigo. ¿Cómo te encuentras?
-...
Silencio.
-¿Puedes... contarme que ocurrió?
-...
Silencio.
No recuerdo nada, no sé que decirle, pero siento que Eirian tiene algo que ver con todo esto.
-No... recuerdo nada - mi voz suena suavemente, duele. No puedo seguir aquí, es peligroso.
-¿Nada de nada? - me mira confundido -¿No sabes porque estás aquí? - niego con la cabeza.
Mis piernas duelen, y mi cuerpo y brazos arden, como si le hubieran echado alcohol a unas heridas recientes.
-Tuviste una especie de... accidente, por así decirlo. ¿Cómo te encuentras al respecto?
-Me duele el pecho, y el cuerpo en general. -por alguna razón me digné a hablar.
-¿Respiras bien?
-A veces.
-...
Silencio.
-¿Quien es Eirian?
Mis ojos, que estaban mirando a otro lado, se posan en la mirada del hombre, con algo de inquietud.
-¿Qué?
