2

15 4 0
                                    

Susurros.

No puedo dejar de escucharlos, es frustrante. Siento mi corazón latir muy rápido, y manos tocándome. ¿Qué está pasando ahí fuera? Solo intento descansar...

Abro los ojos.

Hay dos mujeres, posiblemente enfermeras, y se ven desesperadas. De repente, siento una presión en el pecho, no puedo respirar. No dejan de mirarme, sus miradas me aterran. Intento respirar, pero algo impide el paso del aire. Me estoy ahogando.

Pinchazo.

Pasan unos minutos. Dos, tres cuatro...

Finalmente consigo respirar, y las mujeres se van aliviadas. Noto un ardor en mis brazos, soy curioso así que los observo. Arañazos, tiritas, vendas y... ¿tengo inyectado un suero?

-...

No veo a Eirian, necesito verle. Me hace sentir calmado y a la vez me da pánico. El hecho de que esté por aquí me aliviaría un poco, sabría al menos que no estoy solo.

Intento mover mi cuerpo, solo para acomodarme en la cama. Es doloroso. De repente, siento una ligera presión en mis pies, y automáticamente lo reconozco. Es él.

-¿Eirian...? - Al decir eso siento como el peso se va, para luego sentir unos brazos abrazándome.

Es él.

Se siente cálido, aunque no se vea a nadie en la habitación, puedo sentirle. Puedo sentir a la perfección sus brazos rodeando mi cuerpo. Me agrada.

El tiempo pasa lento, tengo que salir de aquí antes de que se den cuenta.

Chirrido.

EirianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora