Capítulo1: Un payaso infeliz.

578 66 1
                                    

Clown Convertido

Min Yoongi arrastró el pobre cuerpo del vagabundo por la sala pensando

en dónde demonios ponerlo. Sin duda alguna no lo dejaría allí tirado

apestando toda la casa. Mierda, no. Todo menos eso. 

Observó el enorme baño a lo lejos e inmediatamente se prendió un foco

en su cabeza. Tomó el cuerpo hasta el baño que debía ser del tamaño

de una sala estándar de cualquier departamento. ¿Quizás más?

Probablemente. Era un lugar de gran tamaño. 

Lo arrastró y lo depositó sin gentileza alguna en la fría loza del baño.

Cerró la puerta con seguro y abrió la llave de la tina con agua caliente

para comenzar a llenarla. Dirigió la vista al sangrante, sucio y golpeado

diablo todavía inconsciente en el suelo. 

Vaya golpiza le habían dado. Pobre. 

Lo recargó contrala pared y lo tiró un poco de los tobillos

sorprendiéndose de que su mano pudiera tomarlo por completo. Sus ojos

se abrieron perplejos y su labio inferior comenzó a temblar un poco

conforme iba subiendo las prendas y viendo la piel pegada a los huesos

mostrando una delgadez aborrecedora e increíblemente... fuerte. 

Era una imagen que lo había dejado helado. Tomó el pobre brazo y

levantó la manga. Enrolló su mano y todavía quedaron unos escasos tres

centímetros entre la piel del chico y él. Estaba en los huesos. Era un

cadáver andante. 

— ¿Qué te hicieron? — Murmuró negando con su cabeza y suspirando. 

Se levantó de nuevo y avanzó a la tina tocando el agua con sus dedos.

Templó el agua y se acercó al espejo encima del lavabo para abrirlo.

Cogió el desmaquillante de su esposa y muchos algodones. Se volvió a

acercar a la tina y la cerró ya que casi estaba llena y tampoco quería

desperdiciar mucha agua.

Se volvió a acercar al de cabello rosa y cogió un algodón empapándolo

del producto. Se puso en cuclillas frente al chico y comenzó a pasar el

algodón por todo su rostro para ir quitando la suciedad y rastros de

maquillaje. El algodón se tornó azul y negro con apenas cinco pasadas

así que tuvo tomar otro. Fueron en total once algodones los que tuvo que

utilizar antes de que la piel del chico comenzara a asomar.

— Finalmente. — Gruñó de mala gana el gélido hombre.

Agarró otro algodón que comenzó a pasar por los labios del contrario con

fuerza. Sin embargo, aquella agresividad fue disminuyendo poco apoco

hasta que prácticamente se inmovilizó y parpadeó repetidas veces

dejando el algodón de lado. Observó los carnosos labios que

comenzaban a asomar. 

No era maquillaje. Eran suyos.

Clown Convertido |YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora