Tan solo habían dos opciones:
- Podías escoger tu género antes de nacer, ser Alfa, Beta u Omega... pero, nacerías 7 años después de que tu destinado hubiera nacido.
- O simplemente nacer tranquilamente y esperar a los 15 para saber tu género. Y así...
Felix había sido el primero en enterarse de que Hyunjin sería Omega, desde que él tenía cinco años se había enterado del género del mayor y por dentro estaba agradecido, sentía una gran atracción hacia él desde pequeño, ahora con nueve años apenas y se controlaba a la hora en el que los celos de Hyunjin aparecían. Eran vecinos, sus habitaciones estaban prácticamente al lado, y Felix solo se acurrucaba en un rincón de su habitación mientras su lobo interno aullaba por querer estar junto a Hyunjin en ese momento. Pero quién sabe lo que podría pasar, era el segundo celo del mayor. El primero sin querer fue adelantado por Felix, ya que como siempre estaban acostados tranquilos y de repente se había presenciado un fuerte aroma a yogurt. El segundo... Simplemente Felix intentaba soportarlo, rasguñaba con fuerza sus prendas mientras soltaba uno que otro gruñido. Su cuerpo dolía, y más debajo de su pantalón era un dolor insoportable.
Felix había escuchado llorar al mayor, estaba seguro de que escuchó su nombre, por lo que dejó salir un poco de su aroma para tranquilizarlo, cosa que logró, ya que sus llantos ya no sé escuchaban. Pero ahora escuchó algo nuevo, y algo que realmente alteró todas sus hormonas, Hyunjin gemía... Gemía solo su nombre con desesperación, que era lo que estaba haciendo?...
Un dedo... Un dedo entraba y salía de su interior, su propio ritmo de rapidez no era suficiente, su espalda se arqueaba, su mano libre se aferraba a el colchón de su cama, y sus gemidos eran incontrolables. Sus madres habían salido de viaje, y lo dejaron a cargo de la casa, por lo tanto aprovechaba que nadie estaba en casa. Pero no pensaba que su segundo celo le afectaría tanto, el aroma que Felix soltaba lo ayudaba aún más, toda su habitación olía al menor, realmente lo necesitaba, sea menor o no lo necesitaba. Un segundo dedo se adentró en su interior, intentando simular embestidas, exclamaba a Felix... Hasta que terminó por correrse arqueando cada parte de su cuerpo.
Estaba perdido...
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