PARADISE: CAP 1.

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5:00 AM, mi alarma está sonando anunciando el inicio de mi nueva vida, un nuevo comienzo como lo diría mi madre. Coloco mis pies en el suelo y estrujo mi cara entre mis manos mientras empiezo a divagar entre la oscuridad de mis pensamientos; no quiero ir  a una nueva escuela, no quiero hacer nuevos amigos, quiero mi antigua escuela, mis antiguos compañeros... No quiero empezar de nuevo.

Todo se fue en picada cuando mi madre descubrió lo mal que me iba académicamente, discutimos tan fuerte ese día y no pude hacer más que rogar entre lágrimas cuando me impuso la decisión de cambiarme de escuela por tercera vez.

En mi defensa yo solo estaba divirtiéndome, no se tienen 15 años dos veces en la vida. quería salir y compartir con mis amigos, pero mi familia insiste en que desperdicie mi juventud estudiando ¡Qué estupidez! 

Cuando estuve lista me miré al espejo, y me sonreí a mi misma. Intentaré dar lo mejor de mi, aunque no prometo que funcione.

Decidí ir caminando, así me daría tiempo de calmar el temblor de mis manos y el creciente sentimiento de ansiedad en mi pecho, pero cuando menos lo esperaba la imponente entrada de la institución se alzó frente a mi

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Decidí ir caminando, así me daría tiempo de calmar el temblor de mis manos y el creciente sentimiento de ansiedad en mi pecho, pero cuando menos lo esperaba la imponente entrada de la institución se alzó frente a mi.

Habían tantas personas riendo entre susurros y conversación amenas, que me sentí fuera de lugar. Logré llegar a una esquina segura en donde pude respirar con más tranquilidad, mis manos seguían temblando terriblemente, y podía escuchar a mi corazón golpear fuertemente contra mis costillas. Cerré mis ojos y me desconecte por un segundo de lo que ocurría a mi alrededor para intentar calmarme, hasta que un insistente golpeteo en mi hombro me hizo salir de mi nube de desesperación.

Eran los ojos más grandes y expresivos que jamás había visto en mi vida, tan hermosos y profundos que podía ver claramente mi reflejo en ellos. Hermoso cabello negro caía por sus hombros y una sonrisa encantadora decoraba su rostro.

- Hola, ¿Te encuentras bien?- su voz dulce y acaramelada salió como un suspiro. Abrí la boca para contestar, pero ella hablo una vez más.

- Mi nombre es mel ¿Cuál es el tuyo? Eres nueva aquí ¿Verdad? No recuerdo haberte visto antes. - su enorme sonrisa se mantenía fija, me miraba con los ojos brillantes esperando mi respuesta.

- Mi nombre es Elodie y si, soy nueva.- dio un leve asentimiento con una expresión pensativa.

- es un placer conocerte, ojalá quedemos en el mismo salón , amaría ser tu amiga. Luces agradable.- quedé atónita cuando esas palabras salieron de sus labios, con su tono dulce y un ademán de despedida de alejo se mi, prometiendo que nos veríamos luego.

Minutos después me di cuenta de que la llegada de aquella dulce chica calmó hasta el mínimo temblor en mi, mi pecho ya no sé sentía pesado y mis manos ya no temblaban. La vi perderse en el gentío y algo nuevo comenzó a instalarse en mi pecho. La sensación de soledad.

Uno o dos grupos de estudiantes ya habían sido seleccionados y mi nombre no estaba en ninguno de ellos. Escuché el nombre de mel retumbar en los altavoces que anunciaban a cada estudiante, y ahí estaba ella caminando, con la misma radiante sonrisa saludaba al resto de las personas junto a ella.

Nuevamente la vi perderse, pero esta vez entre los pasillos del instituto. Ahí iba mi oportunidad de no ser tan ignorada en mi primer día.

Suspiré pesadamente mientras nuevos nombres resonaban en el patio.

- ¡Elodie Cass, a la sección C! - no me moví por un segundo ¿Había escuchado bien?

- ¿Se encuentra Elodie Cass? A la sección C.- caminé rápidamente tratando de no tropezar a nadie. Al llegar al frente podia sentir todos los ojos en mi.

Incómodo.

Este sería un día muy largo.

Nos encaminamos al salón, me senté al frente, no deseaba ver las miradas curiosas de todos en mi y aunque ellos intentaban hablar en voz baja, muchos de sus comentarios llegaban fácilmente a mis oídos.

La profesora se presentó, y cada uno de nosotros debía hacer lo mismo.

- Okay, chicos. Se ponen de pie, dicen su nombre, apellido y edad. - su expresión pedante me fastidió, al igual que el claro tono irrespetuoso en su voz.

Intenté memorizar cada nombre que era mencionado, probablemente fallé en el intento.

Al llegar mi turno, los susurros comenzaron de nuevo, la profesora me miraba fijamente con una ceja alzada ¿Acaso tenía algo en la cara?

- Mi nombre es Elodie Cass, tengo 15 años. - me las arreglé para que mi voz sonara fuerte y firme, totalmente contrario al temblor que me recorría de pies a cabeza.  Ya no aguantaba está sensación de inferioridad.

La clase terminó y mi cuerpo seguía temblando. Prácticamente corrí hasta la entrada, quería llegar rápido a casa.

Una figura conocida estaba parada en la puerta,  al enfocar mi vista pude distinguir a mi mejor amigo de mi antigua escuela, mi pequeño corazón dio un vuelvo. Corrí a abrazarlo con un nudo en el garganta, mientras mis nuevos compañeros miraban curiosos

No me importó, me sentía completa por primera vez en meses.

Me deje llevar por la calidez que desprendía su cuerpo.

- Te extrañé tanto, mi cielo.- dijo junto a mi oreja y la vida volvió a mi cuerpo.

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Let Me Tell a Story.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora