- ¿Dónde estabas?, estás llegando tarde.
Miró el reloj en su muñeca y luego regresó su mirada a mí. No sabía qué responder, solo había tardado unos 20 minutos en llegar.
Ella probablemente estaba de mal humor y quería desquitarse conmigo.
- Estoy hablando contigo, elodie ¿por qué tardaste tanto en llegar?- su voz se hizo más fuerte y su mirada dura como el acero. Por más que quisiera evitarla, me obligué a responder.
- ¿Por qué estás gritándome? Únicamente tardé unos minutos más porque regresé caminando. - Mi cabeza estaba casi tocando mi pecho, mi vista en mis pies porque sabía lo que se avecinaba.
En 3, 2, 1...
- ¿Por qué estás respondiéndome de este modo? Eres una grosera maleducada, no sé por qué me molesto siquiera en hablarte. Siempre es lo mismo contigo, de verdad me pregunto que hice para merecerte. - no podía verla, pero sé que tenía una expresión ofendida plasmada en su rostro. Caminó con paso fuerte hacia las escaleras, dejándome sola.
Mi cabeza seguía gacha mientras sentía las lágrimas hacer su recorrido por mis mejillas, para luego instalarse en mi barbilla y caer gota a gota al suelo.
- Yo solamente respondí a tu pregunta.
Susurré entre dientes. Caminé a paso lento a mi habitación y me encerré en ella, mi apetito había desaparecido completamente y, sinceramente, no quería ni existir en este momento.
Escuché risas fuera de mi habitación y unos pocos jugueteos. Esto siempre pasaba después de una discusión con mi madre, ella pasaba a jugar con mi hermana menor frente a mí, se decían cuanto se querían entre risas, y mi madre parecía restregarme lo feliz que era nada más con ella.
No sé que creía que ganaba con eso, a pesar de que dolía muchísimo el ser ignorada mientras mi hermana recibía mucho amor, yo era feliz por ella. Me hacía feliz que ella no se sintiera como yo lo hacía, me hacía feliz que ella no era como yo y me hacía feliz el saber que probablemente ella nunca sería una decepción, como lo soy yo.
Decidí tomar una siesta, no quería pasar la tarde llorando y dormir, era una mejor opción.
Al despertar ya era muy tarde por la noche, tomé una pequeña ducha y regresé a la cama. Todo mi cansancio se había ido, pero debía regresar a dormir de cualquier manera.
Cerré mis ojos y dejé a mi mente vagar. Grave error, el recuerdo de la tarde llegó a mí, la mirada dura de mi madre haciéndose presente, su voz con un toque de desprecio.
Un poco más allá en mi memoria se encontraba el recuerdo de hace unos meses, cuando mi madre se enteró de lo mal que me iba académicamente; faltaba a clases, no entregaba las tareas y prefería huir de mi madre y las discusiones en casa, para quedarme con una" amiga" que me enseño a cortar mis muñecas en forma de desahogo. Cuando mi madre se enteró quiso golpearme como cuando era una niña, sin embargo, no lo hizo nada más me insultó de la peor manera posible.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando una idea cruzo mi cabeza ¿Y si moría? Las cosas serían más fáciles para mi madre, podría vivir feliz con mi hermana y... Y yo ya no existiría para crear problemas.
No.
No podía dejar sola a su abuela, ni a jay, no se lo perdonaría. Quizá solamente debía aguantar un poco más.
La mañana llegó más rápido de lo que espere, ni siquiera recuerdo cuando me quedé dormida.
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Let Me Tell a Story.
Teen Fiction¿Cómo Termine así? Abrazada y arrullada por la soledad. Hundida en un río de lágrimas que jamás fueron secadas, sintiéndome hipnotizada por tu manera tan hábil de destrozar mi alma. Jugando con las débiles cuerdas que sostienen mi corazón, manipulan...