Rescatando a Bernard

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Despertó sobresaltado, el ambiente y él se sentían cálidos, pero no era la calidez que esperaba. No había música navideña, no había aroma a pasteles y galletas recién horneados, no había el murmullo de gente alegre hablando. Había absoluto silencio y un olor a tierra húmeda.

-Creo que estoy en el lugar correcto

Repasó la habitación con la mirada. Estaba en una gran cama, a su lado había un reloj alto y extraño con calendario, el techo era extremadamente alto. Estaba en una cueva dentro de la montaña. Se miró a sí mismo, no llevaba su ropa de trabajo, sino un suéter rojo con el estampado de un reno y guantes grises sin dedos. Una voz resonó en la cueva con eco.

-¡Max! ¡Date prisa con el desayuno!

El desconocido se ocultó bajo las sábanas. El Grinch apareció en el cuarto, puso los brazos en jarra y suspiró.

-Sal, sal de donde quiera que estés

El extraño bajó las sábanas revelando su rostro y abrió grande los ojos al ver a la verde criatura frente a él.

-¿Sr. Grinch?

-¿Quién pregunta?

El extraño se descubrió por completo

-Me llamo Bernard, trabajo para..-

-Si,si. ¿Quieres ya bajarte de mi cama? No quiero tu olor a caramelo en mi almohada

-Oh, lo siento señor

Bernard se acercó a la orilla, dejó colgar sus piernas por unos segundos y bajó con un pequeño salto. Se acercó al Grinch con una sonrisa que asqueó al más alto

-Gracias por el cambio de ropa

-No es nada especial. Unos Quienes me dieron el suéter para Max. Insensibles. ¿Cómo van a ponerle ropa a un perro? Y dicen que yo soy el malvado

El Grinch se encaminó a un sillón flotante que había allí, tomó asiento y alzó la mano

-Bye

El sillón bajó dándole un susto al pequeño elfo, quien se acercó al borde de la roca para ver que todo estuviera en orden y solo vio el sillón descender lentamente. A su lado vio unas largas escaleras, así que comenzó a bajar por ellas. Se encontró con un vestidor, un baño y una biblioteca hasta llegar a la cocina donde vio a un perro. Max lo saludó alegremente, rodeándolo y ladrando felíz. Bernard acarició su cabeza amablemente.

-¡Max! ¿Qué hace que tardes tanto? Oh, eres tú

El Grinch entró en la cocina con los brazos en jarra y el ceño fruncido.

-Deja de distraer a Max, tiene que hacer el desayuno

-Sr. Grinch, olvidé agradecerle por dejarme su cama

-Tampoco fui yo. Max se negó a compartir la suya

El perro bufó y sacudió la cabeza negando lo que había dicho. De echo, Max obligó al Grinch a dejarle su cama ya que un elfo no debería dormir como perro.

-Como sea. Dile a Max lo que quieres de comer y ve al comedor

El Grinch se fue. Bernard miró al perrito sin entender como un can podría cocinar, pero Santa no juzga y él tampoco.

-Uh..¿Tendrías leche y galletas?

Max asintió y se dio la vuelta para subir a la mesada. Bernard lo miró sorprendido, asintió para sí mismo tratando de asimilarlo y siguió los pasos del Grinch hasta el comedor. Una larga mesa esperaba en el centro, el mas alto estaba sentado en un extremo.

-Toma asiento

Bernard dio un salto para colgarse de la silla mas cercana al Grinch y subir, sus ojos apenas pasaban la mesa al sentarse. Entonces Max apareció con un almohadón que dejó encima de la silla y Bernard pudo estar a la altura correcta

-Gracias, Max

El perro ladró y se fue.

-Así que Bernard, eres un Quién muy extraño

-¿Quien?

-Tú

-¿Yo?

-Si, tú

-¿"Quién" soy yo?

-¿Por qué hablas tan extraño?

-Oh, ¿te refieres a qué soy?

-¿Que?

-Que qué soy

-¿Eres un Que?

-Soy un elfo

-¿Un elfo? ¿Qué? Espera, ¿elfo? ¿Cómo los que trabajan para Santa?

-En efecto, señor. Es más, estoy en una misión que Santa me encomendó para..-

-Alto,alto. Espeeera. Entonces no eres un Quien ni un Que, sino un elfo

-Uh huh

-¿Los elfos son reales?

-Si, señor

-¿Y todos los elfos son lampiños?

Bernard se tocó la cara y rascó su oreja

-No todos, es solo que a mí no me gusta llevar barba

-¿Y te afeitas todo el cuerpo?

-Bueno..si. Excepto la cabeza, claro

-Eso veo. Eres un elfo pelirrojo

-Pues sí, la mayoría lo somos

-Y algo regordete

-Bueno, es que me gustan mucho las galletas navideñas

-Okey. ¿Y en qué llegaste aquí?

-Use un portal de Santa

-¿Un portal?

-Si, funciona con la magia de Santa

-Magia, elfos, Santa, galletas. Este día no podría ser peor

Max llegó con un casco que tenía una bandeja encima y allí estaba el desayuno. El Grinch recibió una taza de café y Bernard un vaso de leche con un plato de galletas

-Gracias, Max- dijo Bernard.

El perro movió la cola alegre al recibir las gracias y se fue felíz. El Grinch rodó los ojos y bufó

-Ahora le subiste los humos

-Es importante dar las gra..-

-Apapapapa. No digas esa palabra otra vez. En cambio dime, ¿cuál es tu misión y por qué terminaste en mi montaña?

-Usted es mi misión, Sr. Grinch

El Grinch escupió el café y abanicó su lengua con las manos

-¿¿Está bien, señor??

-¡Do! Edte día defiditivamedte do poddia sed peod

Una verde Navidad (Freebatch/Grinard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora