VI

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Las calles de la capital del imperio de Macedonia suelen ser bulliciosas, llenas de vida, luciendo en cada esquina la riqueza que posee una ciudad en pleno auge, pero siempre habrá unos más desafortunados que otros

En medio de un callejón se encontraba un hombre musculoso y alto, apesar de toda la fuerza que imponía, ahora se encontraba agachado con la cara roja, jadeando de vez en cuando, mientras usaba la pared de apoyo para caminar, solo faltaba un poco para llegar a su hogar

– Vaya, de aquí es donde venia ese olor, pensé que sería una linda Omega, pero no espere que fuera un hombre

– ¿Como puede haber un Omega así? Crees que alguien, querría metértela con esa cara que traes?

Los dos hombres vieron con disgustó al omega fornido, que seguía caminando, ignorando las burlas de los que suponía, serían alfas

– Tsk! Que engreído es, oye eres sordo acaso? Así es como tratas a alguien, que solo quería ayudar? – uno de ellos pateó deliberadamente un bolsa de basura, que golpeó en las piernas del Omega haciendo que se cayera con un estruendoso sonido

– Si no quieres que te parta la cara, alejate ahora – Su voz sonó ronca, sus ojos parecían filosas cuchillas, capaz de atravesarlos en cualquier momento, los dos alfas retrocedieron unos pasos inconscientemente, cuando se dieron cuenta estaban aún más molesto por la actitud del Omega

– ¡Maldito bastardo! No pienses que puedes insultarnos y salir ileso solo porque eres Omega

– Siquiera se puede considerar uno?

– Es cierto, porque no le enseñamos lo que es un Omega de verdad? Aver si sigue siendo tan arrogante – ambos se acercaron impidiéndole el paso, al omega que ya estaba cansado de estos imbéciles, si no estuviera débil ya les hubiera pateado el trasero

Antes de que siquiera se acercarán al omega, les cayó agua caliente y luego una tetera se rompió en frente de ellos

– Ahh!! – El agua cayó sobre uno de ellos y el otro se asustó al ver que casi le cae una tetera encima, por suerte reaccionó rápido

– Pero, que?! – Cuando levantaron la cabeza, vieron a una persona hermosa de cabellos oscuros, mirándolos con desprecio del segundo piso del edificio, junto a el había otra mujer

– Oh, lo lamento, no sabía que estaban ahí, me dijeron que aquí se botaba la basura – Su voz era suave, con un tono de burla

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Después de comprometerse a cocinar para su esposa, Ares enfrentó otro problema y ese era, que el no sabía cocinar, la primera vez que le llevo comida a Kassia, solo le había pedido a Dahlia y está se lo dió, pero cuando el intento hacerlo con sus propias manos..., causo un desastre en la cocina!, así que tuvo que buscar una solución, no quería que su esposa se diera cuenta de que no sabía cocinar, pero también quería ser el quien le preparara el almuerzo, entonces recordó que había un restaurante familiar que dentro de unos años sería muy reconocido por sus exquisitos platos y aprovecho esto, patrocinó el lugar con la condición de que el cocinero le enseñará a cocinar, este al principio se negó, pero luego de que Ares le dijo que solo quería cocinar para su esposa acepto

– Ya solo nos falta que esperar hasta que esté listo

– ¿Cuánto debo esperar?

– Una hora máximo, recuerde pasar el tenedor para ver si ya está listo, igual estaré cerca por si acaso – Después de una semana el cocinero se acostumbro a la presencia de Ares y se mostró más estricto con el, no queria que su preciosa cocina sufriera otra vez

El Esposo De La General Donde viven las historias. Descúbrelo ahora