One More Time. [Yoonmin]

Capítulo 04. Sorry

Me desperté con la respiración agitada.

Mi pecho subía y bajaba―lo hacía con trabajo, como si la simpleza de llenar mis pulmones con un poco de aire se tratara de una tarea difícil―, era como si hubiese corrido muchos kilómetros. Podía sentir como el cuerpo sufría los daños de haber corrido todo un maratón, como si estuviese en una gran pista y me hubiese lanzado a correr sin haber entrenado, sin estar preparado mental y físicamente, sin embargo, dadas las deplorables condiciones a las cuales me encontraba corriendo, estaba próximo a llegar a la meta, pero en último momento―por no decir a unos cuantos pasos―me comenzara a sentir mareado. El mundo daba vueltas a mi alrededor y yo giraba con él. Las náuseas trepaban hasta mi garganta, era cuestión de soltar una bocanada exagerada para que saliera el contenido de mi estómago directo a mis pies. La oscuridad que vino acompañada de todas esas sensaciones estaba dominándome, como si mi cuerpo estuviera preparándose para algo peor que un simple desmayo causado por el agotamiento físico de la actividad.

Trato de calmarme. Respiro. Solo se trata de una mala jugada, eso es todo. Respiro de nuevo. Las respiraciones parecen funcionar puesto que, al recuperar la compostura, pude sentir como mi organismo parecía estar en descontrol―como si estuviese averiado o reconstruyéndose―, parecía tan ajeno el dolor que estaba sintiendo en esos momentos que no me pareció lógico la quietud mental a la que me encontraba y los espasmos de mi cuerpo―tenía la sensación de haber caído en una tina de agua helada―. Después de todo, parecía que estaba desconectado con mi cuerpo, como si fuese una consciencia externa al cuerpo que me han asignado y trato de adaptarme a ese nuevo ser; la respiración de esa otra persona era irregular, pesada y tosca. Por un momento llegue a creer que sus pulmones explotarían por el mínimo esfuerzo que lo obligara a realizar―como era el sentarme o pasarme las manos por el rostro―era como si estuviese en el cuerpo de una persona que no tuviera condición física y, después de arduas horas de ejercicio, sus músculos estarían pagado el precio.

Sin embargo, al pasar los segundos, pude caer en la cuenta de que no era un cuerpo externo, sin que se trataba del mío.

Había dolor en cada extremidad y creí que no podía ser capaz de levantarme. De caminar. De moverme siquiera. Nunca en mi vida había experimentado esa sensación―a pesar de haber practicado deportes siendo joven y haberme exigido en esa parte―ya para este punto temía lo peor.

Volví a respirar profundamente en un intento absurdo por calmarme. Tenía que hacerlo o en cualquier momento me levantaría de golpe y comenzaría a gritar mientras golpeaba a diestra y siniestra lo primero que se atraviese en mi camino.

Alto.

¿Por qué estaba volviendo a tener esa sensación de hace 4 años? Y, no solamente eso, sino que era exactamente la misma que había tenido al ahogarme en la bañera y despertar en ese extraño universo en el que Jimin no había muerto―aún no―, con esto último en mente fue la manera en como uní los hilos de lo que estaba sucediendo.

No era un remordimiento común por haber echado de menos la presencia de Jimin y ser―parcialmente―causante de ello, tampoco era una manera de redimirme por el daño que ocasioné a otros con mis acciones tras su partida, esto era―sin dudarlo―un castigo divino que me fue impuesto por una razón en específico―y aún si lo supiera, no podría quitarme la sensació de ser una broma cruel, un desafío que estaba rompiéndome de manera mental, como si el martirio de su partida no había sido suficiente para hacer énfasis en cómo el brillo de mi vida se terminó―. No quería abrir los ojos a diferencia de la vez pasada. No quería seguir respirando ese oxígeno de aquel mundo porque, aunque fuese cálido y lleno de amor, solo era un engaño cruel para mostrarte cómo se infiltraba con facilidad en tu sistema y lo destruía todo. No quería estirarme y corroborar lo que ya sabía. No quería moverme de la cama porque las acciones volverían real la situación.