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—¿Vas a irte así? ¿No vas a decirme nada? No merezco una explicación después de tantos años juntos ?

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—¿Vas a irte así? ¿No vas a decirme nada? No merezco una explicación después de tantos años juntos ?

—No tengo ganas de hablar. Siempre es lo mismo, te diré que no quiero seguir, vas a llorar y daré marchas atrás en mi decisión. Siempre igual contigo, Jungkook, ya basta. Hace semanas que me fui de aquí ¿Aún no tomas conciencia de que se acabó?

—¿Ya no me amas?
El silencio tras la pregunta fue atronador.

—¿Alguna vez me amaste?

—No contestaré a nada de eso. Es pasado. Olvídate de mí.

Tomó sus cosas por las que había regresado y se marchó sin darme siquiera una mirada.

Ni siquiera podía llorar. Estaba estupefacto. No me quedan lágrimas, llevo un año de desamor y un mes de lágrimas desde que me abandonó para irse con su amante.

La puerta volvió a abrirse y mi estúpida cabeza pensó que regresaba a mí, por mí.

—¿Qué haces aún ahí tirado? No des pena por favor. Levántate que eres patético.

—¿A qué mierda regresaste?

—Necesito los documentos que te dejé hace bastante. ¿Los firmaste?

—¿El divorcio?

—Sí.

—No firmé.

—Hazlo. Te espero acá.

—No lo haré.

—Vamos, Jungkook no seas idiota. Firma de una vez que me están esperando.

—No lo haré. Sal de mi casa en este instante.

Lo empujé y di un portazo tras de él.

Corrí a mi habitación y lloré como nunca en mi vida. Me asfixiaba con la almohada para no sentir mis gritos de dolor. No encontraba lógica a lo que estaba pasando. Los espasmos fueron cediendo y le permití a mis ojos que descansaran un rato. Le pedí a mi papá en los cielos que me ayudara en este momento. Una nevada copiosa caía desde hacía varios días, sin embargo, un rayo de sol inundó mi cuarto y lo tomé como una señal. ¿Sol mientras nieva? Sí, sol, el rayo iluminó un párrafo del libro que estaba abierto sobre mi cama. La frase resaltada por la extraña luz decía:

"Ser feliz es una decisión"

¿Cómo podía decidir yo ser feliz si acababan de romper mi corazón? Sabía que en esa frase estaba mi posibilidad de salir del pozo oscuro, pero aún no estaba en condiciones de asumir que yo mismo era el responsable de sentirme bien o mal.

Seguí llorando sumido en una interminable depresión. Tomé el teléfono con intenciones de llamarlo y hacerle entender que aún podíamos estar juntos, pero, para aumentar mi angustia, si es que eso fuera posible, corroboré que me había bloqueado.

MAGIA CALICÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora