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Tomo armas y las ubico de formas estratégicas dentro de mi vestido para que no se noten, miro al equipo tomando armas y ocultándolas bajo sus disfraces, camino hacia Patrick que se encuentra en las mesas de dispositivos tecnológicos para que me coloque el audífono.
—hola...Sir gossip—digo burlonamente cuando llego a su lado.
Me mira indignado y se coloca la mano en el pecho intentando parecer ofendido.
—me ofendes, me dueles rubia de bote—ahora soy yo la que lo mira ofendida.
—no soy teñida mira mis raíces son rubias, ¡RUBIAS! —apunto mi cabeza para que vea que es cierto, que indignante pero hoy en día la gente es muy envidiosa ya quisiera el tener su pelo como el mío.
—okey, okey fiera—alza sus manos en señal de rendición—imagino que vienes para que te coloque el audífono.
—¡muy bien! ¿Es que eres brujo?
Gira sus ojos por el notable sarcasmo en mis palabras
—se nota que no te dieron anoche, traes un humor de perros—este descarado.
—¿te ofreces a ser mi saco de boxeo para quitar mi mal humor Sir gossip?
—no gracias—mueve su cabeza en negación—prefiero ver a Christopher en tanga a ser tu saco de boxeo.
Toma un pequeño e imperceptible auricular y se acerca a colocármelo.
—sabes me han dicho que eres el alma de las fiestas—murmura un "aja" mientras sigue con su trabajo acomodando el auricular— y yo desde que llegue a Londres no he salido a una y que mejor que el mejor en fiestas me acompañe.
—con que el alma de la fiesta eh—alardea como si estuviera orgulloso de ello mientras golpea mi hombro con el suyo—obviamente te concedería el honor de ir conmigo, pero tu pagas.
—pensé que como éramos amigos me invitarías.
—no tu pagas.
—que cagon me saliste Patrick, pero para que veas que soy buena amiga invitare yo y si quieres invitas tu esposa y grupo de amigos.
—ahora nos estamos entendiendo—dice riendo, pasa un brazo por mis hombros y me sarandea un poco— me la dejaste más fácil porque ¿Cómo iba y le decía a mi chiquita que saldría a tomar contigo? ¡NO! dios si no me cortaba el pito ella lo haría Christopher.
—exagerado—ahora soy yo quien rio.
Un carraspeo nos hace voltear encontrándonos con en Christopher cruzado de brazos y cara de querer matar a alguien, normal.
—por qué cara-....
Me pierdo de lo que comienza a decir cuando veo como el ajustado traje se amolda a su estructurado cuerpo, los botones de su camisa luchan por permanecer juntos y es que su pecho se marca perfectamente en ella sigo bajando, mi mente repite las escenas de nosotros en mi departamento, nosotros disfrutando cada toque que nos proporcionábamos, como me empotraba contra superficie dura que encontrara en mi pent-house. La pregunta de Ilenko llega como un soplo de viento ¿me gusta Christopher? La respuesta debería ser no, pero negar lo innegable sería estúpido de mi parte si se lo que siento no soy de las que niegan por miedo porque si algo me gusta es mío y ya.
