Esos tres días fueron una tortura para el bicolor. Siempre ha odiado el celo, su cuerpo se siente caliente y pasa esas setenta y dos horas tratando de controlarse y satisfacer a su Omega interior que aclama ansioso y desesperado por un Alfa.
No tiene los recuerdos muy claros, estuvo la mayor parte del tiempo cegado por el calor y los fluidos de su cuerpo. Tiene la vaga noción del olor de ________, ¿lo acompañó durante su celo?
No. Su madre no lo permitiría, porque "es bastante joven para ser una".
Al tercer día cuando despertó, notó las sábanas de la cama tan deshechas como si un huracán hubiera pasado por allí. Su montón de ropa rodeandolo. Claro que entre todas sus prendas destacaba una más grande.
La tomó entre sus manos para analizarla. La llevó a su nariz para olerla, notando el chocolate amargo y menta tan característico del Alfa pelinegro combinada con su propio olor a galletas de vainilla. ¿Qué hacía eso ahí?
Sus mejillas se tintaron de un fuerte color rojo, al imaginarse a su amigo encima de él sometiéndolo.
Se sentía tan sucio por pensar cosas como esa. ________ jamás le haría eso.
Se levantó de la cama para ir a darse un baño y deshacerse del sudor y más fluidos que le hacían sentir algo incómodo.
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Echó la ropa y las sábanas a lavar, añadiendo el suavizante aromático. Esperaba así quitar al menos un poco su aroma de la sudadera de ________ y devolversela.
Desde su posición, escuchó el llamado a la puerta. Dejó de lado lo que estaba haciendo para ir a atender al invitado.
La puerta se abrió cuando sus ojos fueron escaneados. Estaba Auron esperándole.
─ hola, Axo. ¿Qué tal sigues? ─
─ holaa. Ya estoy mejor, gracias, pasa ─se hizo a un lado para dejar pasar al mayor.
─ me da gusto. Quería hablar contigo ─no sabía si tenía que empezar a preocuparse─. Antier me topé con ________ cuando venía a cuidarte, me dijo que habían discutido el otro día. ─
─ ah, sí pero fue por una pequeñez. Yo quería ir al pueblo tres a visitar a Karchez, pero no quiso acompañarme. Me dijo que le pidiera a alguien que me acompañara, en cambio lo mandé a la mierda ─jugó nervioso con sus dedos.
─ menos mal Biyín fue contigo. Deberías tener la cuenta de cuando es tu celo y tomar los supresores. ¿Qué tal si te daba el celo estando allá? Lo peor, estando solo. ¿Tienes idea de lo que te pudo haber pasado? ─habló tranquilo, controlando su tono de voz.
─ sí, lo sé. ─
─ no fue casualidad que ella te encontrara de camino, ________ le pidió que te acompañara, por que se preocupa por ti ─el menor le miró con sorpresa─. Me dijo que quería venir a pedirte disculpas, cuando el necio y terco eres tú. ─
