─ CAPÍTULO CINCO.

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🚫 | El capítulo que estás a punto de leer contiene escenas que pueden llegar a herir la sensibilidad del lector, se incluyen narraciones que hacen mención de gran cantidad sangre y violencia de una manera explícita

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Las emociones que corrían por su sistema eran un impacto muy difícil de esquivar

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Las emociones que corrían por su sistema eran un impacto muy difícil de esquivar.

El sonido que hacía la motosierra al encenderse volvía a ser un mártir para los oídos. Los corazones sacudiéndose con desespero también eran víctimas.

La persona que cargaba con la tétrica máscara aparecía otra vez en alguna parte del laberinto, colocando su reflejo en todos los espejos.

Un paso.

Dos pasos.

Caminaba, caminaba muy despacio, como si tuviera una gran disfrute con las miradas de sus espectadores, todas muy fijas en su calmado andar.

La imagen estaba multiplicándose por aquí y allá, teniéndolo tan cercano y tan lejano al mismo tiempo. Sus manos gruesas presionaban el acelerador de la máquina con tanta agilidad, que ni siquiera tenía la necesidad de agachar su cabeza para observar la herramienta.

El ruido escandaloso del motor mediano era el único que se encerraba en el lugar. La cadena en acción estaba salpicando las gotas rojas por todos lados, golpeaban los espejos y escurrían espantosamente.

─¡Chicos! ─Felix estrellaba las palmas de sus manos contra el espejo que estaba al frente suyo─ ¡Levántense!

Con ilusión, creyó que sus gritos iban a provocar algo. Y así lo hicieron. Provocaron una sola cosa, una que definitivamente no era Jeongin y Chan levantándose.

Los pasos del villano se detuvieron a la par de los dos cuerpos tendidos, justo cuando los gritos de Felix habían alcanzado los oídos bajo la máscara. La gran cabeza se inclinó hacia un lado, como si deseara marcar una de esas expresiones inocentes que los niños muestran cuando sienten curiosidad por algo agradable, parecía divertido por los inútiles ruegos de los amigos en la lejanía.

Mientras su cabeza permanecía ladeada, gotitas de sangre escurrían por el plástico de la máscara, gota tras gota cayendo para regalarse al suelo sucio.

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