"Encajábamos a la perfección, como si estuviéramos hechos para estar juntos.
Lástima que en esta vida éramos de alguien más".
-Historia ligada a "Hanseok".
-Contenido sensible.
-Contenido explicito.
-Inspirado en vincenzo.
- Recomendación: no leer...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Lo que sea que estes haciendo con tu "noviecito"— hizo comillas en el aire— se acabó.
Pudiste deducir muchas cosas: Hanseok no sabía que era un hombre mucho mayor y tampoco le había visto la cara, no sabía quién era.
—¿Qué haces aquí?— volviste a preguntar, tenías una sensación extraña, no pensaste que viniera a buscarte hasta Italia.
—¿Qué hago aquí? Vine por ti, ¿no es obvio?— se levantó de la cama y camino hacia ti, te sentiste tan pequeña en tamaño.
—Vete Hanseok, tú y yo... terminamos hace unos meses.
—Nunca me terminaste formalmente así que sigues siendo mía y sigo siendo tu novio— un escalofrío te recorrió por completo y retrocediste.
No podías alterarlo justo ahora, no cuando estabas sola y no sabías que hacer. Tampoco sabías realmente sus intenciones. Recorriste de prisa con la mirada tu pequeña habitación y notaste una pequeña maleta de lujo.
—Hanseok, tienes que aceptar todo. Ya no podemos estar juntos— sentías miedo con cada palabra que pronunciaste.
Acortó aún más la distancia y su pecho quedó a la altura de tus ojos, se inclinó un poco hasta que milímetros separaban la cara de ambos. —No digas eso, mi amor— acarició tu mejilla.
No encontrabas una salida, así que utilizaste tu último recurso.
"No es un problema para mi, si no me hace sentir como mierda" así era como funcionaba la mente del hombre que tenías enfrente.
Había una cosa que lo hacía sentir así, y era que tú lloraras por su culpa. Ibas a manipularlo, te quedaste en silencio y pusiste la cara más triste que podías hacer y las lágrimas aparecieron cuando tus ojos se aguaron.
—¿Por qué me haces esto Hanseok? ¿Por qué?— reclamaste entre sollozos, sus ojos cambiaron a unos redondos y llenos de preocupación.
Te tomó de la cara— no llores— jaló tu cuerpo hacia él y te abrazó con mucha fuerza—cariño, lo siento.
Fue la última vez que pudiste manipularlo de esa forma, porque años después Hanseok te haría lo mismo.
—Quiero que vuelvas conmigo, podemos arreglar lo de tu universidad— dijo sin soltarte— vine a verte porque es tu cumpleaños, prometí estar contigo en todos. No puedes dejarme Kay, no de esta forma.
Te separaste de él y con sus dedos limpió tus mejillas húmedas— estuve esperándote desde las nueve, preparé tu comida favorita y traje tu pastel favorito.
Tenías dos opciones: irte de vuelta con Hanseok o empezar una nueva vida desde ahora.
Esquivaste su cuerpo y caminaste hasta tu cama, quitaste tus tacones bajo la atenta mirada de Hanseok, él seguía sin moverse de su lugar.