Pedro

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Estabas pensando"que difícil resulta todo con las chicas"cuando, de repente, zas, ella se ha quitado los pantalones  te ha dado la razón;
- Es verdad se está mejor sin la ropa mojada.
Ahora eres consciente de que estáis un poco ridículos los dos solos, juntos por fin, en mitad de la noche, a lo lejos los estrepitos del último día de la feria,abajo en la hierba fresca ,arriba las estrellas y un poco más allá mirándote como si esperara algo de ti una luna redonda. Y tú mirando amarga por el rabillo del ojo mirándole las piernas ,las pantorrillas ,los tobillos los contornos de su cuerpo, qué misterio ,pensando que viene ahora, que se espera de ti,cómo hay que actuar en estos casos.
O tal vez sea mejor no haces nada,  decir alguna frase tonta ,como por ejemplo:
- ¿Has visto cuantas estrellas?
Y resignarse a que nada de lo que has soñado mil veces suceda tampoco esta noche.¿ Porque qué se es tan cobarde en sueños y tan cobarde la realidad?.
No es que esperarás una escena como de película, con Marga abrazándote,música a todo volumen, un atardecer de postal y los dos rodando sobre la hierba. Aunque tampoco podía suponer está torpeza que te impide acariciarle una mano, rozar su mejilla, hacerle cosquillas en la planta del pie o darle un beso en los labios.
Y la ropa mojada a quedado a un lado y, en la oscuridad,ni siquiera puedes distinguir el color de la ropa interior de Marga. La ropa interior de Marga. Esa sola idea te congela las palabras en la garganta y te impide pensar con claridad.Nunca has necesitado con tanta urgencia algo que decir, es como si en ese deseo te fuera la  vida. Ni siquiera hace un rato, cuando jugando en la fuente ella te empujó y tú te agarraste y, por una carambola de esas que nadie puede prever en la urgencia del momento, sentiste el cuerpo de Marga aplastando se compra el tuyo. Duró sólo unos segundos. El tiempo de trastabillar, meter una pierna o las dos en la fuente, agarrarse a alguna parte y lograr mantener el equilibrio para evitar la zambullida.Marga reía, estaba más bonita que nunca con el pelo mojado- ya no saber si de sudor -y los ojos brillantes.
Has sentido deseos de besarla, pero en el último momento te has contenido. O sería más exacto decir que te has acobardado. Ya sentías por dentro esa vocecita interior, esa mano invisible, que te empujaba hacia ella pero antes del final ha vencido la timidez. Aquí estáis ahora: con la ropa puesta a secar en algún lugar de la era y silenciosos como dos espantapájaros. La situación es ridícula incluso tú lo ves: un chico (tú)enamorado hasta la médula de una chica (Marga); los dos sentados en un campo a las tantas de la noche sin pantalones mirando a las estrellas y sin pronunciar palabra todo parece muy tranquilo pero si alguien pudiera meterse en tu cabeza escucharía Las mil y una voz es que te invitan a hacer mil y un gestos, qué te recriminan tu pasividad y que te recuerdan que la semana próxima empieza el curso y será muy complicado que se presente otra oportunidad como ésta. También si pudieras entrar en las meditaciones de ella escuchar y hace mil y una voz es preocupadas, pero por causas muy diferentes. La principal: que contarle a sus padres para no decirles que ha estado aquí contigo. El resto: cómo lograr que te decidas a darle un beso, o un abrazo, o pronunciar para ella y sólo para ella una palabra bonita. Pero su orgullo y es especie de superioridad que en estas cuestiones les gusta esgrimir a las chicas le impide tomar la iniciativa. Finalmente, pasa lo que estabas temiendo. Ella te pregunta qué hora es. Le contestas:
- las tres y cuarenta y uno.
Entonces se levanta. Parece asustada.
-Es tardísimo- dice, mirando a su alrededor-,ayúdame a encontrar mis vaqueros. En ese momento escucháis un fuerte chirriar de neumáticos sobre el asfalto.No reparais en ello,pero luego tú serás capaz de recordarlo con absoluta nitidez, siguiendo el orden cronológico de los acontecimientos.
En este instante lo urgente es dar con los pantalones de Marga, que no aparecen por ninguna parte. Ella empieza a inquietarse.
- No puede ser. Sí los he dejado aquí.
Se aleja un poco de la escena, como si alguna perspectiva afuera mejorar en algo las cosas.
- los has lanzado hacia allí.
-Yo lo he visto por aquí.
Señalais en direcciones distintas. Durante un rato, buscáis en silencio. Los minutos transcurren y el nerviosismo de Marga aumenta. Los pantalones no aparecen. Casi a las cuatro,Marga toma la que hasta hoy, es la de decisión más difícil de su vida: regresar a casa sin pantalones.
- ¿Yqué le digo a mi padre?-pregunta .
No se te ocurre nada que proponer. Sólo lo que diría cualquiera :
-¿Quieres los míos?
-Sería peor.
Ni el alma más calidad de la galaxia les creería si contasen que han estado juntos en la era, de noche, en fiestas y sin pantalones y no se  han rozado ni una uña. Eso dice Marga. -Pero es la verdad- argumentas, en un gesto de impotencia qué te parece algo infantil.
Por eso carraspeas enseguida y tratar de recuperar tu porte habitual al ofrecerte:
- Te acompaño.
-Mejor no.-dice ella, todavía mirando a su alrededor.
Tu si has encontrado tus pantalones donde los habías dejado.Los de Marga siguen sin aparecer y no lo harán hasta mañana, pasado el mediodía, pero ahora no puedes saberlo. Con tus vaqueros puestos, todavía mojados, ves a Marga alejarse en dirección al bullicio. Cualquier otra resultaría grotesca, pero ella está preciosa. Incluso sin pantalones. No,  te corriges: sin pantalones, más.
Cuando ya no distingues su figura en la lejanía, echas a andar hacia tu casa. No puedes evitar pensar que eres el rey de la mala suerte. No le contarás a nadie lo que ha pasado hoy. Cualquiera de tus amigos te llamaría, por lo menos,alelado, si les confesases que ni siquiera te has atrevido a decirle que te gusta. "Aunque ella ya lo sabe", piensas. Igual que qué tú sabes que le gustas a ella.
No has hecho más que llegar a tu cuarto cuando un tu teléfono móvil recibe un mensaje de Marga: 《Uf. Estaban todos acostados. Nadie se ha dado cuenta de nada. Hasta mañana.》

Los ojos del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora