˚ ༘✶ 🍥 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐍𝐀┊⤷ 𝑰𝒏𝒐𝒔𝒖𝒌𝒆 ﾒ 𝑻𝒂𝒏𝒋𝒊𝒓𝒐

✧ᴘᴇʟᴇᴇᴍᴏs.4

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Rengoku se llevó a Zenitsu y a Nezuko.

Yo fui al distrito del Este, haber que sucedía. No sé porque me hablarían a mí y más aparte solo, siempre acostumbraba a ir con ellos.

El atardecer, que anunciaba el comienzo del día para los demonios y la noche para nosotros.

Caminaba normalmente, no presenciaba nada. Pase buen rato buscando algún rastro y cayó la noche.

La mayoría de la gente estaba dentro de sus hogares, llegó el momento en el que las calles se encontraban vacías y las luces de las casas apagadas. El único alumbramiento era uno que otro farol de alguna vivienda y la luz de luna.

Esto da un poco de miedo, me tomé la libertad de descansar y me dormí.

No sé cuánto tiempo paso, al estar solo y en la oscuridad, me fui al muelle que estaba cerca del lugar. El oleaje me tranquilizó un poco, aquella calma se esfumó cuando de pronto sentí un golpe muy fuerte por la espalda, que me arrojo al agua.

El golpe fue tan rápido que me hizo hundirme. El dolor combinado con mi poca oxigenación, no eran algo bueno, buscaba alrededor pero mi Katana no estaba en el agua, eso pensé y cuando salí a la superficie no la encontré.

Maldición, mi vista se fijaba en todas direcciones buscando al demonio, hasta que...

- Oye tu, ¿Buscabas esto? -me dijo el demonio sosteniendo mi katana.

Estaba rezando por dentro para que no la destrozara. La rompió.

- Enfréntate a mi, peleemos ¡¿No es eso lo que quieres?! -me gritó.

Esperen un minuto, el hizo que me tropezara aquella vez. Es una de las Lunas Inferiores, la sexta para ser más específicos.

El saltó hacia mi y rápido me quité para que no me pegara.
Era veloz, lanzaba varios golpes, yo estaba tratando de esquivarlos, uno de ellos me rasgo la mejilla y me sangró.

La sangre lo distrajo, yo aproveché ese momento para dar una patada en su abdomen que lo lanzó algo lejos, el se levantó y me dió un golpe en el estómago, logrando que escupiera sangre.

Al tratar de levantarme recibí otro puñetazo, me estaba mareando y no me gustaba para nada, el demonio me tomó del uniforme, apretando el área del cuello. Ya me estaba costando respirar.

No quería rendirme, así que tomé fuerza e impulso para darle un fuerte cabezazo al demonio, eso logro que me soltara y cayó al suelo.

Yo estaba tosiendo por la falta de oxigenación y algunas lágrimas que surgían por el dolor, me lancé hacia el demonio dándole golpe tras golpe en el rostro y el me detuvo sosteniendo mis muñecas.

Gotas de sangre provenientes de mí caían a su rostro, el demonio simplemente expresaba confusión. Como si buscara alguna respuesta que se preguntaba para si.