Aislamiento total

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Hinata

Un pequeño fragmento que creí olvidado se forma en mi mente.

La silueta de una figura pequeña, cabello azabache y piel blanca caminando a paso tranquilo sosteniendo alguien detrás de su espalda se manifiesta.

«Uchihas...»no es difícil distinguir de quienes se tratan por la apariencia física.

No obstante, a pesar de la distancia es imposible no saber en específico de quién se trata el mayor de los dos.

Los rumores de su ingenio, capacidad, carácter y habilidades es muy sabido dentro de nuestro propio Clan, incluso siendo del Clan Uchiha de quién se tratase, no se salvaba de tal alabanza, reconocimiento y sobretodo envidia.
Un pequeño prodigio, un ejemplar ninja y sobretodo lo que más me afectaba: un heredero inigualable.

—Itachi-san... —pronuncio el nombre al instante que llega a mi mente.

«Incluso el rostro de Otou-san cambia...»mis pasos se detienen siguiendo el escenario de tal persona. «Incluso Otou-san lo reconoce»hecho que solo provocaba que mi percepción en ese momento se intensificara en ese chico mayor.

¿Por qué mi pecho se comprimía y el estómago se me removía al verlo? Nada de lo que decían, dentro de todo lo que lo catalogaban no se encontraba lo que parecía describirlo más a quien es realmente.

Ni fue mucho tiempo, tan solo un segundo, pero fue suficiente. En el momento que las hebras del cabello se ondean al girar la cabeza atrás, el brillo en aquellos orbes negros antes de cerrarlos, la arrugas formarse en las comisuras de los labios en una placentera sonrisa.

Es inevitable que no le imite«Un hermano mayor»mis labios cosquillean. «Su mirada lo dice todo»reconozco.

El recuerdo se difumina perdiéndose entre unas líneas de madera del suelo y una opresión en el pecho que inicia crecer en su lugar.

Tanto tiempo, tan real... ¿En qué momento había olvidado aquello?

—Uchiha... Itachi... —la claridad en mi visión vuelve con lentitud.

Los párpados me pesaban demasiado, me encontraba exhausta a un nuevo nivel desconocido para si quiera intentar moverme sin que la cabeza no de vueltas y el estómago se me contraiga.

«Un sueño... Un recuerdo... Por qué ahora...»sopeso en un ligero aturdimiento.

Inmóvil, demoró menos de un minuto en estabilizarme como procesar dónde me encuentro.

—La biblioteca... —murmuro apoyando la mano esforzando en colocarme de pie.

«Si no mal recuerdo... Mi castigo es arresto domiciliario»doy un vistazo a la estancia, parece estar en orden, sin problemas. «Pero de todos los lugares, aquí...»frunzo el ceño con gran extrañeza.

Una sola puerta, la única entrada y salida, cerrada. Ventanas estrechas que permiten buena entrada de luz, igualmente cerradas. No es posible ver de una forma el exterior y debe ser lo mismo para ver el interior. Aunque eso no impide una buena iluminación para ver la decoración minimalista.

O al menos esa debe ser la idea, por qué el Byakugan no tendrá problemas en encargarse de eso. Vigilarme.

«Un mes»recorro la cantidad de libros y rollos en los diferentes estantes.

Lo que una vez fue el orgullo de nuestro Clan, menos de la mitad fue perdido durante la invasión para sorpresa de muchos, más eso no quitaba el hecho de que ese conocimiento perdido difícilmente podría ser recuperable.

Una tarea que solo el líder o patriarca podrían realizar, pues solos ellos conocían el contenido de lo que se fue destruido.

—Hmmm —contraigo los dedos en creciente emocion.

Secreto Hyuga ||Byakugan Prohibido||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora