Tres días pasaron como si nada. Y para Tn_, Christopher estaba cada vez más alejado de ella. Ahora apenas compartían un: Buen día.
Él la evitaba a toda costa. Y ella se sentía cada vez peor. No solo por eso, sino que la culpa la carcomía. Su voz había mejorado gracias a Jenny.
Volvió a darle un sorbo a la asquerosa infusión que la madre del castaño le había estado dando en los últimos dos días. Ya se había acostumbrado al mal sabor.
Santi entró a la cocina y se sentó junto a ella. Ya no peleaban, y su mejor amigo le había pedido perdón por haberse comportado como un niño.
— ¿Quieres ir a pasear por ahí, Tn_? – le preguntó él.
— No lo sé, Santi. – suspiró ella. — No estoy de ánimos.
La puerta se abrió y él entró. Los saludó por lo bajo y se acercó al fregadero para buscar un poco de agua. Tan pronto como entró, se fue. Y a Tn_ el corazón se le encogió. Odiaba estar así con él. Simplemente lo odiaba.
— ¿Sigue enojado? – inquirió Santi.
— Si. – suspiró ella y apoyó su taza sobre la mesa. — Odio que esté así...
— Entiéndelo, Tn_, heriste su orgullo...
— Yo no herí su orgullo. – dijo frunciendo el ceño. — Solo estaba enojada...
— Celosa. – la corrigió él. Ella lo miró entrecerrando los ojos.
— Lo que sea. – volvió a hablar. — No quiero que esté así conmigo.
— ¿Qué te parece si haces algo? No sé... una carta, una fiesta, lo que sea.
— No, esas cosas no sirven con él. Es terco como una mula.
— Entonces quédate sentada y espera a que se le pase el enojo. No creo que esté así por el resto de su vida.
Alguien volvió a entrar a la cocina. Ambos se giraron a verlo.
— Buenos días, Zabdi. – le sonrió Tn_.
— Buenos días a ambos. – dijo el rizado y se acercó al refrigerador para sacar un poco de leche.
— ¿Cómo te sientes? – le preguntó Santi.
— Mucho mejor, por suerte. – contestó mientras se servía un poco en un vaso. — Ya no siento tanto dolor, y el médico dijo que dentro de poco podré volver a mis actividades normales.
— Tengo algo para ti. – dijo Tn_.
El rizado frunció el ceño y la miró extrañado.
— Es una carta de Mae. – murmuró Santi.
Al instante Zabdiel se acercó a Tn_ y por poco y le arrebató de las manos el sobre blanco. Comenzó a abrirla casi desesperado pero se detuvo al ver que aun estaba en presencia de Tn_ y Santi. Carraspeó un poco.
— Voy... voy a ir a leerla a otro lado.
— ¿Por qué? – preguntó Santi decepcionado. —Queremos saber que te dice.
— ¡Santi! – lo retó ella y golpeó levemente su hombro. — No es de nuestra incumbencia lo que diga esa carta. – miró a Zabdiel. — Ve tranquilo, Zabdi... pero recuerda que todavía no puedes verla. No después de que su padre vino a buscarla hasta aquí.
— Lo entiendo. – murmuró este sin dejar de mirar la carta.
— Si le quieres responder nos dices y nosotros le alcanzaremos la carta a la pequeña...
ESTÁS LEYENDO
Mi salvaje || C.V.&TÚ
FanfictionLa dulce e inteligente (Tn) se tuvo que ir de su amado campo cuando era pequeña, dejando atrás a su precioso caballo White y a su más preciado amigo, Christopher. Años después, cuando ella ya es mayor. vuelve con su padre a revivir momentos del pasa...