Capitulo 14:

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Christopher llegó justo cuando vio que Robert Montoya intentaba entrar a la casa de los Brooks a la fuerza. John y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Federico, el hijo mayor de Robert, se giró a verlo. Sonrió con malicia.

— Pero miren a quien tenemos aquí.– dijo con sarcasmo. — Al peón jefe.

— Cállate, Federico. – dijo Robert. — No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Brooks.

— Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.

— Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?

— Porque usted no es bienvenido aquí. – habló Jenny apuradamente. — No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.

— Ya dije que fue un error.

— Si, haber fallado. – murmuró Alejandro. Robert lo miró mal.

Christopher se acercó hasta dónde estaba su madre y John, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Montoya.

— Creo que el señor Brooks fue claro, señor Montoya. Su hija no está aquí.

Robert se acercó otro paso a él, desafiándolo. Christopher ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Federico y Alejandro sacaron sus armas.

— Van a dejarme pasar. – aseguró Robert.

— No. – sentenció el castaño. Sintió la mano de su madre apretarlo con fuerza por detrás.

— Esto es demasiado, Montoya. – dijo John algo nervioso. — No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.

— Entonces déjenme pasar.

— ¿Qué sucede aquí? – preguntó ella.

Todos los ojos giraron a verla. Tn_ estaba parada con una mueca preocupada, y a su lado estaban Mae y Santi, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Christopher y sus hijos guardaron sus armas.

— ¿Tn_? – preguntó Federico. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.

— Federico. – le dijo distante y volvió la vista a Christopher. — Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?

Robert dio unos pasos hasta mae y justo cuando iba a tomarla del brazo, Tn_ se puso en su camino. El castaño se tensó.

— Mae, ven aquí. – le dijo. Ella ni se movió.

— Espere, espere, espere.– dijo Tn_ —Necesito saber que sucede.

— Ellos vinieron a buscar a Mae porque creyeron que estaba con Zabdiel.

Tn_ y Santi soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.

— ¿Con Zabdiel? – dijo el rubio.— Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.

— Y Mae ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos. – dijo Tn_ mientras le mostraba una de las canastas.

Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a John.

— Lo siento, Brooks.

— Está bien. – dijo John.

— Nos vamos, muchachos. – les dijo a sus hijos. — Mae.

La chica le entregó la canasta a Tn_ con una pequeña sonrisa en los labios.

— Muchas gracias. – murmuró.

Mi salvaje || C.V.&TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora