A veces queremos escapar de la rutina, salir de la monotonía, y más cuando la relación de pareja empieza a flaquear por todos lados, es por eso que muchas veces solicitamos ayuda, pero, ¿y sí es peor el remedio que la enfermedad?.
¿Qué pasaría si un...
Sakura lleva vagando por las calles de la aldea sin rumbo fijo, no sabe cómo afrontar la situación, se le escapa de las manos, y lo peor es que Sasuke no se lo está poniendo nada fácil. EL orgullo del Uchiha ha sido mermado hasta límites insospechados, pero a lo mejor se cree que Sakura está cómoda con un miembro viril colgando entre las piernas. No es fácil para ninguno de los dos, pero lo que está claro es que tienen que ponerle solución cuanto antes, y si para ello deben acostarse y demostrar el amor que se tienen, pues que así sea.
~•~•~•~•
Sakura entra en la casa, pero poco se espera encontrarse a Sasuke totalmente ebrio y con todo el apartamento medio en ruinas, ha arrasado con todo a su paso, algo que hace enardecer a Sakura y la obliga a sacar su lado más violento.
—¿Crees que comportándote así solucionarás el problema?, te creía más maduro —Sasuke la observa desde el sillón reprimiendo una risa sarcástica.
—¿Querrás decir madura, no? ¿ves que tengo aquí? —Sasuke pregunta con sorna mientras se agarra los pechos con fuerza.
—Lo estás haciendo más complicado de lo que es, Sasuke. Solo debemos actuar con normalidad, como hasta ahora, no debemos permitir que esto nos afecte —las irritantes carcajadas del azabache cabrean todavía más a Sakura.
—Jajaja... ¿te estás oyendo? —Sakura se acerca a él cansada de su deplorable actitud.
—¡Ya estás recogiendo todo este estropicio!, yo me voy a la cama, tú verás si sigues compadeciéndote o estás dispuesto a encontrar una solución a todo esto.
Sasuke recoge a regañadientes para evitar enfurecer más a a su esposa, pues si ya temía sus ataques de ira siendo mujer, no quiere ni pensar como serán siendo un hombre. Ya ha tenido suficiente al comprobar el ostión que le ha caído a Naruto por la mañana.
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Al rato, Sasuke entra en la habitación y observa a su ahora masculina esposa durmiendo de lado, de espaldas a él, es entonces, cuando sospesa la situación y decide, decide no meterse en la cama con ella, bueno... con él, por lo que con determinación se acerca al armario y saca un futón para extenderlo en el suelo. Se desviste con parsimonia quedando solamente en ropa interior, un sugerente conjunto de lencería que él mismo le regaló a Sakura para su cumpleaños.
—Esto es rídiculo... —susurra asqueado.
Refunfuña por lo bajo mientras se acomoda entre la cálidez de su improvisada cama, enseguida cierra los ojos, pero no transcurren ni cinco minutos, que Sakura interrumpe la calma que tanto le ha costado encontrar al moreno.
—¿Sasuke...? ¿se puede saber que haces durmiendo en el suelo? ¡haz el favor de meterte en cama!, te vas a resfriar —el azabache le da la espalda ignorándola por completo.
—Estoy bien... duérmete —es lo único que sale de su boca.
—¡Y un cuerno! ¡a mí no me jodas!, ya sé lo que está ocurriendo aquí, ¿te doy grima, verdad...?, no quieres ni tocarme ni dejar que te toque, es por eso que evitas cualquier contacto conmigo —Sasuke se incorpora hasta quedar sentado en el suelo.
