A veces queremos escapar de la rutina, salir de la monotonía, y más cuando la relación de pareja empieza a flaquear por todos lados, es por eso que muchas veces solicitamos ayuda, pero, ¿y sí es peor el remedio que la enfermedad?.
¿Qué pasaría si un...
—Perdónalo, Saku. Jamás había visto a Sasuke de ese modo, se nota que está arrepentido, y en el fondo le amas, y lo sabes, pero ambos estáis cegados por vuestro maldito orgullo —Ino se cruza de brazos ante la testarudez de su pelirrosa amiga.
—No sé qué hacer, ¿y si me la vuelve a jugar?, he perdido la confianza en él —Ino se acerca y la abraza con fuerza.
—El rencor solo hace daño y aleja a las personas, todos nos equivocamos y merecemos que nos den otra oportunidad, pues de no ser así, ¿qué sentido tendría el amor que le has profesado durante tantos años?, desde bien pequeña que has estado enamorada de él, es algo que no puedes negar ni luchar contra ese sentimiento, si os divorciáis, ya no habrá vuelta atrás, hazme caso Saku —Sakura suspira resignada y se levanta con decisión.
—De acuerdo, le daré otra oportunidad, pero será la última —dice antes de recoger algunas cosas y salir por la puerta.
—Estoy segura de que no te arrepentirás —es lo último que dice la rubia antes de ver desaparcer a su mejor amiga.
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Sakura entra en casa y observa todo a oscuras, algo que la desanima al ver que su amado no está. Enseguida un carrusel de malos pensamientos gira incesante en su cabeza, intentando averigüar que puede estar haciendo, pero enseguida el sonido de la llave de la puerta principal la devuelve a la realidad. Se esconde en la cocina y apaga las luces, hasta que lo vislumbra entrando y dando tumbos por doquier, el olor a alcohol pronto inunda la sala, por lo que Sakura no puede evitar poner una mano sobre su boca y así esconder el asombro al ver el deplorable estado de su marido. Ella tiene la culpa, ella le ha dicho cosas que de buen seguro lo han dejado hecho una mierda, es por eso que ahora se encuentra en esta situación, se dice a sí misma mientras lo observa tumbarse boca arriba en el sofá.
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Sasuke consigue quedar medio adormilado dentro de su evidente embriaguez. Él no se ha percatado que Sakura lo observa desde la cocina, aunque sí le ha parecido notar su olor a cerezos. Él no se hace una idea que en parte Sakura se siente culpable por haber soltado por la boca todo lo que le quemaba por dentro, pero era la única forma de herir su orgullo y hacerle entrar en razón, ¡y vaya si había funcionado!, pues está bien claro que había ahogado las penas con una botella de sake.
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Con sigilo, Sakura se acerca a él y se sienta a un lado del sofá, le parece tan hermoso incluso convertido en el sexo opuesto..., sus facciones siguen siendo tan perfectas y tan bien definidas, que todo este embrollo pasa a segundo plano. Su mano se posa sobre su pequeño torso y sube despacio hasta sus senos, los cuales acaricia con sutilidad y abandona rápidamente para seguir un camino lento y tortuoso hasta sus entreabiertos labios, los cuales rodea con el pulgar ocasionando que el sueño del azabache se vea truncado y entreabra los ojos, totalmente confundido y expectante a lo que está ocurriendo.
