Introducción

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Cuando somos jóvenes, por lo general cometemos error tras error, y está bien, porque la vida misma se trata de aprender de los errores y ganar experiencia. No importa que tus padres te repitan cada día que no debes hacer algo si no quieres lidiar con las consecuencias, porque no se escarmienta en cabeza ajena, y la única manera de aprender a respetar el fuego es una vez que te quemas y entiendes cuanto duele.
De esa misma manera, a los 16 años habia cometido el error de experimentar el sexo sin protección, resultando en un pequeño niño al que yo debía cuidar por el resto de mi vida después de que su madre se hubiera ido una noche, dejando un simple "Adiós" escrito en una servilleta sucia que depositó en la incubadora del bebé recién nacido.
Ella no lo había querido tener desde el principio, habíamos discutido por ello incontables veces, por que ella queria practicarse un aborto, pero yo no tenia el dinero para ello, y para cuando pude ahorrar lo suficiente, ya habia pasado demasiado tiempo, y ya no seria seguro para ella, por lo que me negué.
Sus padres le permitieron seguir viviendo en su casa con la única condición de que daría en adopción al niño en canto naciera, y durante todo el embarazo, la ocultaron en su habitación para que nunca nadie se enterara de nada.
Por supuesto, yo estaba terriblemente enamorado en ese momento, por lo que no me importó escabullirme durante la noche hasta su habitación para verla a ella y acariciar su barriga, pues no se necesitó más que el primer ultrasonido para que yo me enamorara completamente de mi bebé.
Juntos habíamos planeado un millón de veces la mejor manera de escapar juntos y formar nuestra familia, pero la realidad me golpeó en el rostro el mismo millón de veces.
Ella no queria formar una familia conmigo.
Para mi suerte, mis padres no me dieron la espalda cuando con 17 años recién cumplidos, habia llegado a casa con la noticia de que tenia un hijo recién nacido al que su madre habia dejado abandonado en el hospital el mismo día que dio a luz, por supuesto, me reclamaron la falta de madurez en mis actos y especialmente el no haberles dicho de aquello antes, pero el rostro de la pequeña criatura en mis brazos, pronto se ganó su corazón y ellos me apoyaron.
Sin embargo, el pueblo entero sabía quien habia sido mi novia todo ese tiempo, sabían cuantos meses ella desapareció, y por supuesto, que yo tuviera un pequeño de repente, al mismo tiempo que ella apareciera de nuevo por el pueblo, no dejaba demasiado a la imaginación, y tan pronto como el rumor se esparció, los padres de la chica, quienes eran prácticamente los dueños de todo, despidieron a mi padre de la empresa de construcción en la que trabajaba, de alguna manera consiguieron que me expulsaran del colegio y cerraron absolutamente todas las puertas posibles para nosotros.
Papá enfermó al poco tiempo y yo tuve que buscar otro trabajo para lograr sobrevivir, por las mañanas, atendía en una cafetería del pueblo, de ahí corría para llegar a tiempo a la escuela y al salir tomaba el turno nocturno en la tienda de antigüedades, mientras, mi madre se quedaba a cuidar de papá y del pequeño en casa, al tiempo que atendía la tintorería que teniamos allí.
Cuando terminé el colegio, me tomé un año libre de estudios para dedicarme por completo a trabajar, de todo lo que pudiera conseguir, y asi ahorrar el dinero suficiente para mudarnos a otra ciudad, pues sabía que no habría manera de salir adelante en aquel lugar, ya que cada tanto, cuando parecía que lograba un pequeño equilibrio en mi vida, la familia de la madre de mi hijo enviaba a personas a robar en los lugares que yo trabajaba para provocar mi despido.
Al final, mi padres decidieron quedarse en aquel pueblo, y aunque yo mismo me sentia aún nervioso respecto a iniciar una vida de padre en un lugar nuevo, me aventuré a ello, con la promesa de visitar a mis padres siempre que pudiera.
Al poco tiempo, papá mejoró y junto con mi madre, salieron adelante. Entonces supe que quien los estorbaba era yo, y limité mi promesa a únicamente visitas en fechas especiales y llamadas.
Me sentia culpable por cada arruga en el rostro de mis padres, y no queria lastimarlos más.
Me instalé en la ciudad, y aunque no fue nada fácil, logré estabilizar mi vida por el momento. Tenía un trabajo por las mañanas en un Starbucks y otro trabajo por las tardes como vendedor en un centro comercial, trataba de inscribirme a la mayor cantidad de materias a distancia que pudiera, de manera que no tuviera que ir cada noche de la semana a la universidad, pudiendo pasar ese tiempo con mi hijo, quien con sus cortos 5 años, era ya lo suficientemente inteligente como para entender que yo debía dedicarle más tiempo y no dejarla todo el dia con una niñera o en una guardería.

Hola hola después de unos cuantos años~♡
Muchas cosas han pasado y aunque probablemente quienes solían leerme ya no se pasen por aquí, he decidido desempolvar los miles de borradores que me quedaron y darles un final.

Smile for him [OhmNanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora