Mi Historia 🥀 || S.S. Amigos «Malec»

En mis brazos . 🤱

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Volvimos a nacer.

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Los nervios me atacaron, mis manos temblaban al ver salir a una chica de la casa. Las mujeres se saludaron con cariño, para luego presentarnos con ella.

-rochel66, el detective y los señores vienen a ver al pequeño -dijo la mujer.

-¿Por qué? Él no está aquí... -Rochell fue interrumpida por el detective- Max está en el colegio, debo ir por él a las tres, está es su última semana de clase -contestó asustada.

Andrew le mostró la fotografía para verificar si era el menor y la chica asintió con lágrimas en sus ojos.

-Imagino que vienen por él -todos la vimos con pena.

Rochell se levantó y fue a la pequeña habitación, en un bolso coloco la pocas cosas que tenía mi bebé.

-Tomen es su dinosaurio favorito -me entrego el único juguete que tenía.

Lo tomé con una pequeña sonrisa de agradecimiento.

-Creo que podemos ir por él al colegio -comento Rochell.

-Pero apenas son la dos -dijo la otra mujer.

-Max tiene un tres años esperando por sus papis, él quiere verlos, así que no soy tan cruel para negarme a ello.

Todos salimos detrás de la chica y nos montamos en el vehículo, Rochell indicaba el camino hasta que llegamos. Tocó la puerta del colegio y el vigilante la dejó entrar, los minutos se hicieron interminable, por un momento empecé a creer que había huido con mi hijo. La puerta se volvió abrir cuando salió un niño de nueve años, mis manos fueron a mi boca.

-Papi ¿Eres... Tú? -preguntó el niño con miedo.

-Sí mi bebé... -mis palabras se atoraron en mi garganta y mis piernas corrieron hacia él.

Ambos nos abrazamos con añoranza, cuando abrí mis ojos empañados por las lágrimas, Magnus nos sujetaba a ambos. Llene su carita de besos y él solo se aferraba a mi pecho.

-Papá... Mag -dijo con una sonrisa.

Magnus lo besó y acaricio su cabeza. Con algo de fuerza me ayudó a levantar porque estaba de rodillas con Max en mis pierna, con un impulso lo cargue. Mi bebé se sentía pequeño y su cuerpo temblaba de la emoción. Conversamos con Rochell por un rato, para llevarla a su casa, le agradecimos, lo que había hecho y le prometimos que estaríamos en contacto con ella. Era lo mínimo que podíamos hacer, cuidó a nuestro bebé por casi tres años. Al despedirnos Andrew llevo a la mujer a su humilde casa y por último fuimos al hotel.

-Chicos, felicitaciones por encontrar a su hijo -nos dijo con una sonrisa-. Bueno está demás informarles que pasó por ustedes mañana para regresar a Brooklyn.

-Andrew, de verdad no sé cómo pagarte todo esto -dije con emoción.

-Lo pueden hacer dándole todo su amor a sus pequeños. Vayan con el resto -dijo para subirse a su vehículo.

Al despedirnos Magnus fue a la recepción y pago la noche extra y me avisó que iría a la guardería por los bebés, yo subí con Max.

-Rapha llegamos -avisé desde la puerta.

El moreno brinco de la cama y al llegar pasillo se detuvo cuando vio a su hermano.

-Maxie...

-Ra Ra...

Ambos corrieron y se abrazaron. Entre ellos se preguntaban y decían cosas, mis lágrimas salieron al ver cómo mis hijos se reencontraban. A los minutos Magnus llego con los gemelos que Max se volcó para abrazarlos, pero se detuvo con una mirada extraña al ver al bebé que traía su padre entre los brazos.

-Tuvieron... Otro bebé -en su voz había celos.

Caminé hacia él y lo abracé con fuerza, le hice señas a Magnus para que se acercará.

-Él, es Santiago tu hermano más pequeño -dije cargando al niño, pero sin soltarlo.

-Me... reemplazo -miró con tristeza.

-No bebé, nadie pudo reemplazar lo que sentimos por ti.

Cómo una señal los cinco quedamos rodeando su cuerpo.

-¿Salió de la... Barriga de... Papá Magnus?

-No bebé, salió de la mía -le respondí con cuidado sabía que podía ser difícil para él.

-!De la tuya...! Entonces lo vas... A querer más a él... Que a mí...

-Escúchame Max, yo los amo a los cinco y amo a tu padre... Los amo a todos por igual... Tú sigues siendo mi bebé.

Entendiendo mis palabras y nuestros sentimientos le dio un beso en la mejilla a Santi quien le enseño sus cuatro dientes. La tarde la pasamos jugando, mis dos hijos más grandes no se separaban. Se notaba que Raphita había extrañado mucho a su hermano. Recogí todas nuestras pertenencias y decidí bajarlas a la camioneta de Magnus, para salir en la mañana.

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Publicado el 28 de marzo de 2022