〖CAPITULO 5 〗

51 3 7
                                    


✧ 5 ✧

Sitara

Hace unos minutos terminé la llamada con Pomades, y me quedo sin sentir nada observando la vista de la ciudad. Cuando termino de verlo o hablar con él, siento como si me quitara la vida, me la robara.

Unos pequeños golpes se escuchan del otro lado de la puerta, sin darle mucha importancia abro la puerta y me encuentro con Gibell.

— Hola de nuevo — Su buena energía me llena.

— Hola, G. — Le doy una sonrisa.

Ella se pasea por el cuarto.

— Tu habitación está hermosa.

— La verdad, si, me siento muy cómoda aquí.

— Eso es lo importante — Se sienta en la cama disfrutando de la suavidad — Que suerte tienes de tener una habitación sola para ti, la puedes decorar como quieras, y podemos tener pijamadas.

<< ¿Que es una pijamada? >>

— ¿Y tu ropa de entrenamiento?

Observo mi ropa de entrenamiento que es la que siempre usaba en casa, y es la que tengo puesta en este momento, Un enterizo negro pegado a mi cuerpo, mostrando los brazos y piernas.

— Es este, el que traigo puesto.

Ella dudó un poco observando mi vestimenta.

— No puedes ponerte eso para entrenar, la tela no es la mejor. Te daré algo mucho más cómodo.

Ella se acerca al armario y es la misma vestimenta que ella trae puesta.

— Este es tu traje de entrenamiento, original del clan — Me lo entrega — pruébatelo.

Lo recibo y me dirijo al baño para medirmelo. Me quito suavemente la ropa que tengo puesta y me pongo la del clan. Tengo la necesidad de observarme en el espejo y ver con detalle lo que conforma mi rostro, mis labios, mis ojos, mis cejas, mi nariz, me amo, me deseo, me respeto.

La ropa del clan me queda perfecta, es pegada al cuerpo, es gris y tiene detalles rojos que lo hacen ver llamativo, no tiene mangas, solo llega hasta mis hombros, y llega hasta abajo cubriendo por completo mis piernas, en la parte de mi busto, tiene un pequeño escote que se puede subir y bajar a tu gusto por una pequeña cremallera.

Me gusta.

Salgo del baño y está G observando con una sonrisa.

— Te queda muy bien. ¿Te gusta?

— Si, mucho, y gracias G, eres muy amable.

— Con todo el gusto S.

— ¿S?

— Si... tú me dices G, yo te digo S.

Se siente bien tener una nueva amiga.

— Me agrada.

— ¡Genial!

Ella me toma de la mano y se dirige a la salida de la habitación.

— ¿A dónde iremos?

— Iremos al comedor — Observa su reloj en su muñeca — Todavía no cierran el restaurante, estamos a tiempo de ir con los demás y con tu hermano.

Nos vamos caminando hacia un ascensor para bajar rápidamente al último piso. El restaurante es enorme, hay muchas personas con diferentes orígenes y todos parecen ser amigos, me emociona conocer cosas nuevas.

SitaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora