uno

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Era un día nublado, la lluvia había cesado hace poco, el olor a chocolate caliente y el leve ardor en mis manos era placentero.

Me acosté en una de las sillas acolchadas y me relaje por completo.

Realmente esto es vida.

Miré por mi balcón a las personas, mi cafeteria estaba justo frente a un parque, podía ver a los niños corriendo y jugando, jóvenes y adultos sacando a sus mascotas y parejas compartiendo buenos momentos.

Ver todo desde la comodidad de mi silla me relajaba de sobremanera. Seguí observando por unos minutos, cuando algo me llamó la atención.

Un chico alto y rubio corría junto a dos caninos, uno muy grande y peludo, mientras el otro era mucho mas pequeño, traía una polera manga cero (lo que me hizo preguntar si no se estaba muriendo de frío) que dejaba a ver sus muy bien trabajados músculos, y unos shorts azules.

No pude evitar que la palabra "guapo" apareciera en mi cabeza, sería uno de los muchos chicos guapos que vi en el parque.

Escondí un poco mi rostro en mi suéter celeste, cuando vi que el chico giró y me saludó con la mano mientras una bella sonrisa se instalaba en su rostro.

Bueno, ahora que vi su rostro puedo decir que es mucho mas guapo de lo que pensé.

Me sonrojé sin saber la verdadera razón y del susto di un pequeño salto, haciendo que un poco de la bebida caliente cayera en mis manos, logrando que cierre los ojos y me queje por el dolor.

Cuando abrí los ojos, el chico ya no estaba y yo podía decir que tuve un flechazo inmediato.

¿Eso es posible? No estoy en una historia cliché.

El resto del tiempo, terminé mi taza de café y veía ansioso el parque, con la esperanza de ver al lindo rubio.

Estuve a punto de rendirme cuando escuché unos chapoteos venir de las calles, me acerqué un poco, y pude ver al rubio, aunque ahora no era tan rubio.

Tuve que agradecer al perro gigante y al pequeñito por dejarme reconocer a su dueño, el rubio estaba cubierto de pies a cabeza con lodo y ni hablar de sus perros.

Sin poder evitarlo reí, me dejé llevar y cuando abrí los ojos, pude ver que el chico me observaba, al instante me sonroje y el sonrió, me levantó la mano como en una despedida y esta vez ningún chocolate caliente me impidió responder.

El rubio siguió su camino y yo decidí que eran muchas emociones por hoy, entré a mi casa y bajé a mi negocio.

Había una buena cantidad de clientes, por lo que sonreí.

—¿Ya dije que te ves lindo sonriendo?

Negué y volteé hacia Minho quien me sonreía desde la caja.

—Deja de decir tonterías y trabaja —Dije serio y reí bajo, cuando lo vi hacer un puchero y volver a trabajar.

Mi mente volvió al chico rubio y no pude evitar pensar en si lo volveré a ver.












Espero les guste este libro

~JJ se despide ;3

coffee scentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora