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Sin importar el clima, haré mi mayor
esfuerzo para que seas mío.
-Tharntype.

-¿Y cómo te sientes? - Preguntó mi
hermana Lia. La miré con una sonrisa fingida -.

-¡Excelente! ¿No ves cómo brinco en
un pie de la alegría que tengo? - Rodé
los ojos con fastidio, mi hermana es una tonta, ¿Cómo se atreve a preguntarme eso? ¡Tengo las dos jodidas piernas lesionadas!
- Ridícula.

Escuché su risa y como volvió hablar:
-¿Te tratan bien?.

-¡Aigoo! De maravilla. - Escupí con más sarcasmo, pude ver a mi hermana rodar los ojos y chasquear su lengua -.

-Eres tan idiota, ¿Habrá alguien que
te cambie? - Dejé un suave golpe en su
hombro, mientras más días, más ridícula se ponía - Deberías aprender de éste lugar, sobre todo de las personas que están aquí, que a pesar de tener peores cosas que tú, no sé quejan, que a pesar de estar a punto de morir, sonríen como si nada, como si nada pasara, eso Hueningie, debes aprender a ser persona. Por fin entiendo porqué papá no te quiere llevar a casa y quiere que pases los días aquí.

-¡Oiiii! ¿Ya terminaste? - Solté con
mucha más molestia, no quería que sus
palabras me dolieran tanto, pero ahí
estaba, queriendo que me dejara sólo de una vez por todas -.

Escuché un suspiro: -Sí, Hueningie. -
Dejó un suave beso en mi frente que me hizo hacer un puchero triste - Mi pequeño Hueningie, espero y te mejores pronto.

Sacó de su bolso un cuaderno para dibujo, colores, y lápices, me sentía pequeño al lado de ella, tal cual como si fuera su hijo, eso no era justo.

Miré su espalda y como se iba despacio,
pero sin mirar atrás. Ella también estaba de acuerdo en dejarme aquí, en este horrible lugar, hice urn pequeno pataleo con disconformidad, no era justo. A pesar de yo tener 26 años todavía dependía de mis padres, sobre todo de su dinero, para muchos era extraño, pues soy famoso en Corea por mís dibujos, soy dibujante, y pagan muy bien por ello, mas mi dinero yo lo depositaba en las tarjetas de mis padres, tarjetas que ahora están fuera de mis manos.

¿Qué se supone que debía dibujar en un lugar tan poco inspirador? Solté un suspiro y cerré mis ojos al sentir la suave brisa chocar con mi rostro, ni siquiera sabía que debía hacer, en el piso que estaba, todo era aburrido y había muy poca gente. Debería dibujar a alguna enfermera? No, mi esfuerzo no vale la pena en ellas.

-¿Y si mejor me muero?- Hablé para mí mismo con aburrimiento.

-¿Por qué quieres tirar tu vida?- Abrí
mis ojos y alce mi vista a aquel joven que había visto ayer leer un cuento-¿Por qué mejor no me la das?

-Piérdete. - Rodé los ojos con fastidio, no me gustaba convivir casi con personas, y él no iba a ser la excepción -.

-Tu manera de abultar los labios es
bonita. - Dejé de mirarlo, mis mejillas
ardían, ¿Acaso ese tipo estaba sordo o
tenía algún problema con entender lo que dije? - ¿Puedo tocar tus labios?.

Me tapé la cara con vergüenza, ¡Dios mío! ¡Él me iba a tocar! ¡Debería de deformarle su estúpida cara a golpes!.

-¡Me tocas y juro golpearte! - Escuché otra vez una risa, ¿Porque él siempre reía? Qué abrumador -.

-Eres tal cual como las enfermeras
dijeron. - Miré su rostro y el suelo, y así repetidamente hasta que decidí volver a hablar -.

-Mira nomás, soy tan hermoso que ni las enfermeras dejan de hablar de mí.

-No creo que sea porque te consideran
tal cosa, pero si te hace sentir mejor, para mí, eres súper lindo. - Solté un gruñido ¿Cómo es que en cinco minutos me había hecho sonrojar tantas veces - ¿Quieres saber mi nombre?.

-¡Pierdete!.

-Soy Choi Soobin. - Hice un gesto de
apatía, pero éste sólo seguía sonriendo -.

-¡Oiiii! No te pregunté, mocoso. - Me
crucé de brazos, dando por hecho mi
trabajo de hacerlo entender que nada de él me importaba, pero el chico no se rindió.

-Si, soy mocoso debido a que tengo gripe, ¿Quieres ver? - Hizo el amago de sacarse un moco pero tomé su mano antes de que lo hiciera -.

-¡Iuhg, no! ¡Asco contigo!.

-¡Oh, oh! Huening Kai me está tocando. - Señaló nuestras manos juntas.

-¡Wacala, no es cierto! - Empujé su
mano lejos de mí. Observé cómo soltó una carcajada muy melodiosa y se sentó a mi lado, justo donde estaba anteriormente mi hermana mayor -.

-¿Puedo tocar tus mejillas? - Lo miré
con desagrado, ¿Cuál era la insistencia
de querer tocarme? ¡Yo no me iba a dejar tocar nunca por él! -.

-No, así que pierdete.

-Aoww, está bien, más si no tienes con
quien cenar, te voy a esperar hasta las
ocho en la cafetería de pacientes.

Se levantó para luego irse agitando su
mano, la diferencia de él a mi hermana, es que él no paraba de mirar hacia atrás con una sonrisa.

Solté un suspiro, para después de un rato, soltar una sonrisa.

Su nombre es Choi Soobin, lindo, y un
nombre que no es común, por lo tanto
me lo grabé, no por más nada. Tomé mis cosas que me había dado mi hermana, y como pude, tomé las muletas y con éstas me desplacé con dirección hacía mi habitación, pero no sin antes mirar hacia atrás una vez más y volver a soltar otra sonrisa, que idiota es ese chico.

Resiliencia. ™ SooKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora