No sé qué hacer ahora, mi corazón dió un vuelco, se estrujó, se encojió y lloró por tí.
No puedo evitar llorar como una niña pequeña, mientras mi mirada borrosa se centra en la insistente luz del televisor anunciando la noticia mundial de tu muerte, simplemente no lo creo, no puedo hacerlo; Tú no estás muerto, no.
¿Cómo es eso posible? ¿Cómo no lo supe antes? ¿Debería seguir llorando si nisiquiera tú sabías que yo existía?
Son muchas cosas que ahora mi mente se ha detenido a pensar con la poca sentatez que me queda, realmente es un duro golpe de parte de la realidad. Si bien, ni tú ni yo nos conocimos, yo sé exactamente todo lo posible de tí, y fuiste y serás alguien especial para mí.
¿Cómo no? Si alegraste con esa suave y fina voz todas las veces en las que la lluvia se asomaba levemente en mis dolidos ojos... Aunque tú ahora eres el causante de ello, pero no te culpo, no es tu culpa, es la mía por quererte tanto y vivir en mi pequeño mundo fantasioso.
¿Qué más da? Fue tu decisión, ahora estás en Nunca Jamás, eres lo que siempre quisiste, eres libre, y estás en un lugar mejor y más feliz.
Yo confío en tí y lo seguiré asiendo, espero que tu alma de niño siga como siempre allá.
No me conoces, ni yo a tí; Pero sé todo lo posible de tí y siempre podré decir lo feliz que hiciste mi vida sólo con tu fina voz y tu alegre baile por la paz.
Prometo esbozar una sonrisa al recordar lo feliz que nos hiciste a todos por que te juro que al escuchar tus suaves melodias nunca me sentí tan bien.
Sólo soy alguien más de los mil y un personas que han llorado levemente en el silencio de su habitación, sólo por tí. Sólo una fanática loca, pero aveces somos de los mejores.
Adiós, dulces sueños.
Pásalo bien en Nunca Jamás.