Chapter 2

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Dos años después

Una pequeña multitud se agolpaba frente al panel de avisos de la sala común de Gryffindor para ver lo que Lily Evans había colgado en él. Desde el otro extremo de la sala dos chicas se reían sin disimulo de la situación: la premio Anual Lily Evans no era capaz de salir de en medio de aquel barullo de gente.

- Es lo mejor que podéis hacer, seguir mirando cómo vuestra mejor amiga intenta salir en vano de entre toda esa gente. –refunfuñó Lily con ironía cuando llegó a la altura de sus amigas. – Lo mejor.

- Sigues siendo tan exagerada... – suspiró Casey desde su asiento. – Cuando maduraste¿por qué no elegiste deshacerte de tu tendencia al dramatismo? – preguntó con falsa inocencia y con una sonrisita de burla pintada en la cara.

- Bueno Lily, es uno de los inconvenientes de ser premio Anual¿no? – comentó Anne, que se había levantado y estaba arreglándole un poco el pelo a su amiga. Después de atravesar la multitud quedaba poco de la coleta alta que la pelirroja se había recogido aquella mañana.

- Y¿qué vais a hacer el sábado? – preguntó ella olvidando el comentario de su amiga.

- Yo quedé con Jack para ir juntos a la primera visita. –contestó Casey distraídamente.

- Eso nos deja a ti y a mí yendo solas¿no?- inquirió Anne dirigiéndose a Lily.

- Sí, aunque... pensaba que a lo mejor ese chico de pelo castaño y ojos miel, que según tú no te gusta para nada, te había invitado para ir al pueblo. – repuso la chica alzando las cejas de forma insinuante.

- Sois unas pesadas. – masculló la morena en voz baja. –No me ha invitado y si lo hiciera, tendría que decirle que no porque no me gusta. No-me-gus-ta. – puntualizó mirando con hostilidad a sus amigas, que parecían encontrar algo graciosa la conversación.

- Quizás a ti no te inviten esta vez, Anne... pero creo que Lily no se libra de la invitación de "mister miradme soy el mejor, Potter" – murmuró Casey al ver como el chico se acercaba, con aquella sonrisa tan particular, a la mesa donde ellas estaban.

Esta vez eran Casey y Anne las que se reían no muy disimuladamente mientras su amiga les dirigía una mirada cargada de repulsión antes de levantarse para salir corriendo de la habitación.

- ¡Ey! Evans, he visto el cartel de la visita y me pregu...

- ¡No, Potter! – le cortó la chica antes que él pudiese terminar la frase. –Me voy a la biblioteca. – les dijo a sus amigas antes de desaparecer de la sala común.

- Pero¡si ya hemos terminado la tarea! – exclamó Casey.

- Será su nueva táctica para librarse de él. – repuso Anne con tranquilidad al tiempo que se levantaba para seguir a su amiga, haciendo como que el chico que había frente a ella con cara de confusión no existía.

Las chicas se dirigían al retrato cuando se cruzaron con Sirius y Remus. Anne los saludó a los dos, mientras que Casey únicamente contestó al saludo del segundo, sin prestar atención al saludo que Sirius le había dirigido.

- ¿Por qué hace como si yo no existiera? Sullivan me ha visto, así que no es que yo sea invisible o algo así. – Sirius se quedó mirando a las chicas hasta que salieron de la sala, sin poder evitar el gesto de desconcierto en su cara. Desde algún momento del curso anterior, cada vez que le dirigía la palabra a Cassandra Nayron lo único que obtenía como respuesta era el silencio.

- Odio que la gente no me conteste cuando le hablo.

- Más bien di que odias que ella no te conteste. – matizó Remus. – Lily ha vuelto a decirte que no¿verdad, James? – le preguntó a su amigo, que se había sentado en una mesa al fondo de la sala y había empezado a hacer las tareas.

- Ni siquiera me ha dejado preguntarle esta vez. Me ha visto, ha dicho "¡No, Potter!" y ha salido disparada a la biblioteca. – repuso el moreno levantando la vista de su pergamino. – Y a este¿qué le pasa? – preguntó señalando a Sirius.

- Casey ha vuelto a ignorarlo.

- ¿Y yo qué le he hecho para que no me hable?- repitió el chico en voz baja, más para sí mismo que para sus amigos.

- Hasta el curso pasado eras tú el que la ignoraba deliberadamente. –le recordó James.

- ¡Pero ya no lo hago! – se excusó Sirius.

- Bueno, pues ahora ya sabes lo que se siente. – concluyó Remus dándole una palmadita en la espalda.

oOo

Según Casey, uno de los mayores privilegios de ser premio Anual era la habitación que te tocaba. Un cuarto lo suficientemente grande como para alojar dos o tres camas más, con un gran ventanal que daba directo al lago y con un baño propio. Quizás la bañera no era tan magnífica como la del baño de prefectos, pero al menos no había que compartirla. Y claro, ser una de las mejores amigas de un premio Anual daba carta blanca para disfrutar de esos privilegios. Por eso en lo que llevaban de curso aún no habían usado el encantamiento de impasibilidad con las cortinas de sus camas, como habían hecho cada vez, durante los últimos seis años, que querían hablar de algo sin que sus otras tres compañeras de cuarto se enteraran. Ahora era mucho más fácil: subir un tramo más de escaleras y encerrarse en el cuarto de Lily.

- Lo raro es que hayan pasado cuatro semanas sin que te lo haya pedido. – Anne, que estaba recostada en un sillón cercano a la cama, daba su particular visión sobre lo que había ocurrido horas antes en la sala común. – Tal vez está madurando.

- ¡Por Merlín, que es Potter! – soltó Lily desde la cama. – Ese no va a madurar nunca, es igual que Black.

- Punto para Lily. – añadió Casey, que estaba sentada en el alféizar de la ventana, un poco a la derecha de Anne.

- Dejemos el tema de Black para otro momento Casey, que ese también tiene lo suyo. Como te dije antes en la biblioteca – prosiguió la morena sin inmutarse por el gruñido que Casey había soltado al oír nombrar a Sirius. – Creo que tal vez no sería mala idea darle una oportunidad a Potter.

- Anne, no pienso sa...

- Ambos sois los premios Anuales de este año, y vais a tener que tratar mucho durante este curso por mucho que te opongas. – continuó Anne. – Y, sinceramente, con tanto hablar de Potter todo el día voy a empezar a pensar que en el fondo él...

- ¡Ni lo digas! – protestó la pelirroja sentándose de pronto, como si quemase la almohada en la que había estado apoyada. – Es una estupidez enorme lo que ibas a decir, así que olvídalo. – concluyó cruzándose de brazos.

- Vale, lo que tú digas. Pero no me negaréis que el chico ha cambiado, y para bien, desde mediados del curso pasado.

- En eso estoy de acuerdo. – intervino de nuevo Casey – Por muy inmaduro, arrogante y estúpido que sea, Potter está todavía más guapo este año. Claro, sigue sin igualar a... ¿Qué¿Tengo monos en la cara¿Por qué me estáis mirando así? – preguntó la chica al ver las miradas un tanto extrañas que sus amigas le dirigían.

- Me refería a que ya no hace tanto el payaso, presta más atención en clase y no hace tantas barbaridades como antes. Quizás alguna que otra broma a ciertos Slytherins, pero nada si ellos no les han hecho algo antes. – explicó Anne tranquilamente. –A lo mejor es hora de comprobar si también ha madurado en el terreno sentimental y no eres un simple capricho de hormonas, Lily.

- ¿Y esta¿Cómo sabe las bromas que hace o deja de hacer Potter con sus amigos? – le preguntó la pelirroja a Casey, que miraba a Anne como aquel que acaba de descubrir algo interesante.

- No tengo ni la menor idea... pero, lo de comprobar me gusta. – respondió Casey. Dio un saltito y en un par de pasos estuvo situada al lado de Anne. – Sería como... una especie de experimento. – le comentó a su amiga con diversión y como si Lily no estuviese allí con ellas.

- Nada de planear cosas raras en la que yo tenga que entrar en juego. – amenazó la pelirroja poniéndose en pie.

- Sí, yo creo que podríamos denominarlo un experimento. – apuntó Anne con una sonrisa un tanto malévola. – 'Qué hace James Potter cuando Lily Evans le dice por fin que sí.'

El experimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora