Lunes tres de enero

17 0 0
                                    

Lincoln Loud nunca ha sido el "vagabundo" con más suerte que ha habido, si es que hay alguno con suerte, pero en este primer lunes del año, al menos por la mañana, el se sintió bastante afortunado, pues la noche anterior había logado tener un lugar en la pequeña iglesia del centro, lugar donde le dieron una cama, cena, desayuno y un baño con agua caliente, a sus ojos, eso es todo lo que necesitaba para tener un muy buen día

Un buen comienzo, significaba un buen desarrollo y un buen desarrollo dará un buen final, se decía a si mismo, mientras se alistaba para salí de su habitación designara e ir a comer el desayuno de año nuevo, que le habían dicho que darían toda la semana.

-Ey Lord Nieve-dijo un hombre alto, con una voz ronca y ropa desgastara- veo que también conseguiste cupo, eso es extraño en ti, siempre sueles ir con los militares.

-no creo que la palabra "siempre", se pueda usar al lado del "sueles"- Lincoln agarro unas mochilas, las cuales contenían sus cosas, y empezó a caminar con rumbo al comedor-y allí no sirven alcohol, tu sabes que todos sabremos, que solo la iglesia regarla vinos a los necesitaros.

-pan y vino, Nieve-mencionar el vagabundo entre pequeñas risas, mientras comenzaba a caminar al lado de Lincoln- pan y vino.

-y donde quedo el pescador.

La platicar de los "dos" desamparados duro casi tanto como lo fue, la poca estancia que les quedaba en la iglesia, hablaron de lo que comerían, de dónde irían durante el transcurso del día, como sobrevivirían y donde dormirían, mientras eran acompañados por varias personas en las mismas situaciones que ellos, los cuales no hicieron más que añadí más cosas a la conversación.

Antes de que se pudiera darse cuenta, Lincoln ya estaba en la calle, caminando por pura costumbre al mismo sitio donde iba casi todos los días, un pequeño camino, en un pequeño parque, con una pequeña fuente que servía como redonda en la cual convergían otros tres pequeños caminos. A Lincoln le gustaba mucho ese lugar, pues casi siempre era tranquilo y cuando no lo era, fue porque alguien estaba mostrando un show callejero.

Allí estuvo casi toda la mañana, sentado en una blanqueta, solo viendo a las personas pasa, a los niños jugar y a los pájaros cantar.

-Como no te abudes-dijo un niño, no mayor a los siete años, el cual llevaba una tanda de periódicos, los cuales casi le tapaban la cabeza de los numerosos que eran- siempe estas biendo a la nada, mientas ases nada, ¿Cómo no te abudes, seño pesidentre?.

-no lo sé, supongo que solo es algo que hacemos los viejos- dijo Lincoln mientras tomaba un periódico y ponía un puño de monedas en la mano del niño-leer el periódico y no hacer nada, tal vez también lo hagas cuando ya seas mayor.

-No lo queo.

Tan ponto como llego aquel niño, se fue, sin deja más rastro que aquel periódico que ahora Lincoln leía.

Todas noticias cotidianas, nada relevante de inicio a fin, algunas noticias incurso eran el seguimientos de otras noticias pasadas y algunas ni siquiera eran noticias, solo anuncios, listados de los mejores del año, etc., pero de hecho eso era lo que Lincoln estaba buscando.

-Aun no estás en el top cinco, pero un puesto siete para un libro de poesía, no está nada mal-una amplia sonrisa cubrió su rosto, mientras buscaba más cosas de su interés en el periódico- también es bueno sabe, que la película más taquillera del año, es la de Lola, ni me quiero imaginar, como se puso en las premiaciones.

El parque era tranquilo, nadie lo molestaba y leyó sin ningún inconveniente de comienzo a final, pero Lincoln pensó que ya era hora de irse, pues su ropa solo eran trapos desgastados, su cuerpo ya estaba en los huesos y su cara estaba pálida, con unas ojeras tan grandes como era humanamente posible, a sus ojos, su sola presencia, arruinaba la atmosfera para cualquier persona que pasara.

Lunes (TLH) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora