«14 de Marzo»
Pasaron cuatro días desde aquella cena. Sonará extraño, pero no volví a ver a la pelirroja.
Después de la desvelada que me metí por haber trabajado horas extras todos estos días no volví a observar a la pareja de enfrente. Posiblemente esa sea la razón por la cual no he vuelto a verla.
Pero bueno algo tiene que pagar la comida que va a mi estómago y mis padres ya son bastante amables como para no cobrarme la luz, el agua y el Internet.
...
Creo que debería buscar un esposo, o un departamento. Creo que el departamento será más cómodo.
Pensándolo bien ninguno de esos dos va a calmar mi espíritu pecaminoso de chisme, así que hoy esperaremos a la pareja complicada mientras tomamos una taza de café. Me gusta esa idea, iré por pan a la tienda para esperar cómoda y después les diré lo que ocurre en la noche.
Un momento, ¿por qué trabajé horas extras? Ah si, era para comprar algo. ¿Pero qué?
Recuerdo que era algo importante, algo que usaba en mi trabajo para poder organizarme, algo que también podía distraerme...
—¡Mamá, rompiste mi computadora! —grito molesta desde mi escritorio sin cerrar la ventana del balcón
—¡Superalo y consigue mejor un esposo con dinero! —me grita ella de vuelta
—¡Un esposo no va a devolverme la información que perdí, Carolina! —uso el nombre de mi madre sin miedo alguno y me acerco a la ventana para cerrarla
—¡Pero puede quitarte lo amargada!
Suelto un chillido de sorpresa y me detengo de contestarle cuando escucho una risa proveniente de la banqueta.
Volteo hacia afuera y hay tres cosas que me avergüenzan.
La primera, la pelirroja de enfrente está mirándome con confusión mientras intenta cerrar las cortinas de su habitación sin dejar de escuchar mi pelea, sin mucho éxito.
La segunda, es que justo cuando se me ocurrió gritarle a mi madre un atractivo hombre iba pasando por la banqueta de enfrente y se quedó a escuchar mis problemas amorosos y laborales con una sonrisa burlona en su rostro.
La tercera, es que todo esto pasó mientras yo vestía un mameluco de oso con traje de soldado.
Esto solo me pasa por ser una chismosa.

ESTÁS LEYENDO
Antes De Medianoche
ContoAlgo raro comenzó a pasar. Todos los días, justo siete minutos antes de dar la media noche, veo un auto estacionar en la casa de enfrente y compartir una mirada cómplice con la residente de ahí. No conozco la situación de ellos, no conozco sus int...